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"Estoy convencido de que Abramovich puede estar compartiendo su riqueza con Putin"

Una investigación de la BBC revela el pasado del exdueño del Chelsea. Abramovich habría sido el 'topo' en asuntos económicos del presidente ruso durante más de dos décadas.

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"Estoy convencido de que Abramovich puede estar compartiendo su riqueza con Putin"
John Sibley REUTERS

Roman Abramovich llegó en 2003 a la vida de los británicos después de la compra del Chelsea. Una operación con la que ganó una inmensa popularidad, sobre todo entre los aficionados al fútbol, que ahora, 19 años después, han reconocido el pasado del magnate ruso, sancionado por el gobierno de británico por sus vínculos con Vladimir Putin, el presidente de su país, que hace tres semanas invadió Ucrania.

Entonces las acusaciones del partido laborista en la Cámara de los Comunes pusieron en alerta al gobierno conservador de Boris Johnson, que acabó congelando los activos de Abramovich. Un personaje muy controvertido desde que la BBC publicara en 2006 un documental llamado "Dirty Money" (Dinero sucio) en el que desentrañaba el ascenso del oligarca, al que rastreó durante cuatro años.

La investigación de la televisión pública británica trató de averiguar el origen de la fortuna de Abramovich, estimada en 10.500 millones de euros y por la cual figura entre los 100 hombres más ricos del mundo. Pero esta "acumulación de riqueza sería el resultado de la corrupción", asegura a las cámaras el abogado Andrew Mitchell, que pone en evidencia la compra de la compañía Sibneft, que acabaría convirtiéndose en Gazprom.

La empresa petrolera fue adquirida por Abramovich en 1995 por 226 millones de euros con préstamos de Kremlin y se revendió por 11.800 millones una década después. Pese a ello, el que fuera dueño del Chelsea FC ha negado su vinculación con el presidente ruso, aunque como se recuerda en el diario El Mundo, el propio Abramovich recomendó el nombre de Vladimir Putin a su predecesor en el cargo, Boris Yeltsin, y estuvo en la ceremonia inaugural, además de ser elegido miembro de la Duma.

Chris Hutichins, biógrafo de Abramovich, va un paso más allá y asegura que la relación del magnate con el presidente ruso es "como la de un padre con su hijo favorito". En la misma línea se sitúa el ex viceministro de Energía Vladimir Milov durante el mencionado documental: "Estoy convencido de que Abramovich puede estar compartiendo su riqueza con Putin, que nunca cede nada a nadie a no ser que logre un interés financiero directo".

Investigación por la operación de Sibneft

Tiempo antes, en 1995, el Departamento de Investigación de Delitos Económicos ruso advirtió de que Abramovich tendría que haber sido acusado por fraude por la operación de Sibneft, cuyo precio de compra estuvo muy por debajo de su valor real. "Roman Abramovich y Boris Berezovski formaron un grupo criminal para engañar al Gobierno y no pagar el dinero que realmente costaba esa empresa", explica Yuri Skuratov, el ex fiscal jefe ruso cuando Yeltsin todavía era presidente.

Abramovich y Berezovski terminarían yendo a juicio en un tribunal de Gran Bretaña por la posterior venta de Sibneft. Fue en 2012, en una batalla judicial que ganó el que fuera presidente del Chelsea, que derrotó a su exsocio Berezovski, quien perdería la vida un año más tarde, en extrañas circunstancias.

En el documental de la BBC también se hacen eco de una investigación de los servicios de inteligencia españoles, que en 2010 sacaron la siguiente conclusión: "El oligarca Roman Abramovich está considerado como el gestor de los intereses económicos de Putin". Un informe al que se refirió en el parlamento británico el ex ministro David Davis para presionar al gobierno a que tomara medidas contra el que se considera "el money man" (el hombre del dinero) de Vladimir Putin.

Roman Abramovich se enfrenta ahora a las sanciones de la Unión Europea y del Gobierno de Gran Bretaña, que han congelado todos sus activos y que le prohíben llevar a cabo cualquier tipo de transacción con individuos o empresas ubicados en dichos territorios. Un golpe severo para el empresario, que ha tenido que renunciar a la propiedad del Chelsea, el vigente campeón de la Champions League, que está en pleno proceso de venta, supervisado por Downing Street.