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¿Cómo protegerse de la calima, quiénes deben usar mascarilla y qué problemas de salud provoca?

La mayoría de expertos recomienda el uso de la mascarilla FFP2. Enfermos respiratorios, niños y ancianos son los grupos más vulnerables ante la calima.

¿Cómo protegerse de la calima, quiénes deben usar mascarilla y qué problemas de salud provoca?
Carlos LujánEuropa Press

Media España ha amanecido teñida de naranja este martes tras la llegada de polvo en suspensión del norte de África a la Península, lo que ha generado un episodio "intenso y significativo" de calima, lluvias de barro y un empeoramiento de la calidad del aire.

Esta situación se ve favorecida en gran parte por la borrasca Celia, que impulsa fuertes vientos procedentes del desierto del Sáhara, y que afecta con mayor intensidad a amplias zonas del sureste, del centro y del noroeste peninsular, según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

En España estos episodios no son "ni extraños ni aislados", especialmente en puntos de las Islas Canarias, donde son habituales, pero lo más significativo de esta entrada de polvo es la mala calidad del aire que respiramos. Por ello, las preguntas más frecuentes estos días son las siguientes:

¿Cómo protegerse de la calima?

De acuerdo con El País, la mascarilla FFP2 ayuda a disminuir la cantidad de partículas que inhalamos, por lo que su uso es altamente recomendable para personas enfermas y sanas. Según la Consejería de Sanidad de Canarias, lugar en el que la calima es frecuente, es recomendable beber mucha agua y evitar ambientes muy secos. En el caso de sentirse mal, es importante acudir al médico.

Por ello, el uso de la mascarilla es recomendable para cualquier tipo de persona, en especial los enfermos respiratorios, los niños y los ancianos, según indica al medio citado Javier de Miguel, coordinador del área de EPOC de la Sociedad Española de Neumología. Los niños todavía están formando su sistema respiratorio y los ancianos suelen poseer un sistema inmunitario más deteriorado.

María Neira, directora del Departamento de Salud Pública y del Ambiente en la Organización Mundial de la Salud (OMS), también recomienda a los grupos vulnerables evitar hacer ejercicio al aire libre. Si no se puede dejar de hacer ejercicio al aire libre, la Sociedad Española de Medicina del Deporte aconseja reducir la duración e intensidad del deporte.

¿Qué problemas de salud provoca?

Picor de ojos e irritación de las vías respiratorias superiores son las reacciones más típicas al polvo en suspensión. ¿Por qué? Según explica a EFE Felipe Villar, jefe asociado del Servicio de Neumología de la Fundación Jiménez Díaz, las partículas de suspensión secas de la calima producen sequedad cuando entran en contacto con nuestras mucosas. Y esa sequedad produce una irritación.

En la población sana puede producir, además del picor o molestias, afectación faríngea o nasal o, si las partículas van bajando hacia la vía inferior, bronquial. Pero las personas que pueden verse más afectadas, como son los pacientes con patologías respiratorias crónicas, fundamentalmente asma y EPOC, una exposición prolongada puede dar lugar a tos, disnea -falta de aire-, sibilancias o pitos e incluso expectoración de mucosidad.

Además de los problemas ya indicados, la calima puede producir efectos proinflamatorios del sistema circulatorio que pueden empeorar las enfermedades cardiovasculares crónicas, efectos protombóticos, gripes persistentes y daños a embarazadas manifestados como hipertensiones gestacionales o hipoperfusión placentaria.

El problema reside en la alta concentración de partículas PM10, es decir, partículas sólidas o líquidas de polvo, cenizas, hollín, partículas metálicas, cemento o polen, dispersas en la atmósfera, y cuyo diámetro varía entre 2,5 y 10 µm (1 micrómetro corresponde la milésima parte de 1 milímetro), según El Diario de Sevilla.