La ofensiva de Rusia en Ucrania ha traído consigo sanciones económicas y tecnológicas para el Kremlin, decretadas principalmente por Estados Unidos y por la Unión Europea. El primer paquete de sanciones anunciado por Washington y Bruselas afectó, principalmente, a las principales empresas, élites rusas, así como a las exportaciones e importaciones del país.

Ahora, el Gobierno de Joe Biden ha dado un paso más y junto con su homólogo en el Reino Unido, Boris Johnson, han anunciado la prohibición de la compra de gas, carbón y petróleo a Moscú. "Prohibimos la importación de petróleo, gas y energía de Rusia. Es un movimiento que tiene el apoyo de todo el congreso. Estados Unidos produce mucho más petróleo que todos los países europeos juntos. Estamos trabajando para reducir la dependencia de la energía rusa, y es un paso que hacemos para infligir más daño a Putin", defendió Biden.

Según especificó el líder del Ejecutivo norteamericano, Estados Unidos aplica de esta forma el paquete de medidas "más significativo" para Rusia, en lo que se refiere a la influencia de estas medidas en la economía del país presidido por Vladimir Putin. "Estamos cortando el acceso a la tecnología, a los semiconductores, lo que afectará a su ejército en los próximos años", argumento el presidente estadounidense.

Por otra parte, Biden detalló que estas sanciones aplicadas a Rusia también tienen sus efectos en la economía norteamericana. "El precio de la gasolina ha subido cinco centavos. La OPEP va a liberar 80 millones de barriles de sus reservas, 30 de ellos de EEUU. No toleraremos aumentos de precios excesivos", afirmó.

Al final de su comparecencia, Biden ha informado que solicitará al Congreso la aprobación de paquete de ayudas para Ucrania de 1.200 millones de dólares. "Ucrania nunca será una victoria para Putin. Podrá controlar una ciudad, pero nunca todo el país. Apoyaremos al pueblo ucraniano contra la tiranía", sentenció.

Este anuncio de Joe Biden llega horas después de que el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, advirtiese a Europa de la necesidad de dejar de depender del gas ruso, del que dependen varios países europeos, entre ellos Alemania. Esta decisión también fue anunciada por Boris Johnson en una comparecencia conjunta en Londres con el Primer Ministro canadiense, Justin Trudeau, y su homólogo en los Países Bajos, Mark Rutte.

"Debemos hacerlo todos juntos"

Johnson aseguró que todos los países deben seguir la misma línea, aunque advirtió de la necesidad de disponer de las garantías suficientes para realizar el cambio. "La visión generalizada es que nos debemos alejar de los hidrocarburos rusos. Debemos hacerlo todos juntos, aunque tenemos que asegurarnos de que hay suficiente suministro para sustituirlo", expuso. Por su parte, Rutte manifestó que "se debe reducir de forma dramática" la dependencia del gas ruso.

Este anuncio lo realizo Boris Johnson junto con la información detallada sobre la inversión de 175 millones de libras, es decir, unos 209 millones de euros que destinó Downing Street a Ucrania que se distribuirán para ayuda humanitaria y la autodefensa del país ucraniano.

McDonald's y Coca Cola cierran en Rusia

A la noticia del veto a las importaciones de energía rusa, se suma el cierre de McDonald's en todo el territorio ruso. La cadena de restaurantes de comida rápida cierra temporalmente sus 850 establecimientos en Rusia. Hasta el momento la compañía norteamericana era, junto a Danone y CocaCola, las únicas empresas que han decidido no marcharse del país ruso tras la ofensiva de Rusia en Ucrania iniciada el pasado 24 de febrero.

Horas más tarde ya no fue así, porque Coca Cola también anunció que suspendía toda actividad en el territorio ruso. En un comunicado oficial, la compañía manifestó: "Nuestros corazones están con las personas que están sufriendo los duros efectos de estos trágicos sucesos en Ucrania. Continuaremos monitoreando y evaluando la situación a medida que evolucionen las circunstancias". También Starbucks, la gran multinacional de café se ha marchado de Rusia.

Expulsión parcial del sistema SWIFT, y éxodo masivo de empresas

La decisión de cortar lazos con el Kremlin para las importaciones de gas supone un nuevo varapalo para la economía rusa, afectada anteriormente con la desconexión parcial del sistema SWIFT por parte de la Unión Europea, y la congelación de los activos del Banco Central ruso en la Unión Europea, Reino Unido, Estados Unidos y Canadá, lo que ha derivado a la prohibición de todo tipo de transacciones mundiales con la principal reserva económica del país.

A esto se suma el éxodo de multitud de empresas de toda índole del país ruso. Entre ellas, algunas de las más importantes en sus sectores, como por ejemplo, Apple, Microsoft, Sony, Warner Bros, Netflix, Paramount, o las compañías del denominado 'Big Four', en las que se encuentran las consultoras PwC, EY, KPMG y Deloitte.