El positivo avance de la pandemia en España, con la incidencia por debajo ya de los 500 puntos por cada 100.000 habitantes (443,89) ha permitido que se pueda disfrutar de unas últimas semanas más cercanas a una normalidad relativa. La eliminación de la mascarilla en exteriores, hace ya un mes, fue una de las principales medidas retiradas recientemente.

Ahora la Comunidad de Madrid, vista la evolución reciente de la COVID, apuesta por eliminarla también en los espacios cerrados. Así lo han planteado este martes los expertos en materia sanitaria de la región: Enrique Ruiz Escudero, consejero de Sanidad, Antonio Zapatero, viceconsejero de Salud Pública, y Elena Andradas, directora general de Salud Pública.

Esta propuesta, en cualquier caso, cuenta con tres excepciones en las que seguiría vigente: las residencias, los hospitales y el transporte público. Esta semana Ruiz Escudero la llevará al Consejo Interterritorial, que se celebra el jueves en Zaragoza, para su valoración en todo el ámbito nacional. Esta se aplicaría siempre y cuando la situación epidemiológica siguiera con una línea favorable.

Eliminación de pruebas de forma general

La petición de la eliminación de las mascarillas en interiores es, de momento, un folio en blanco sin carácter oficial. Lo que sí ha confirmado ya la comunidad es la eliminación de la realización de pruebas con carácter general. Para los casos leves y asintomáticos, propondrán al Ministerio de Sanidad la eliminación del aislamiento.

"Nos encontramos en una fase de clara tendencia descendente que requiere modificar la estrategia nacional vigente", ha señalado el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Según sus palabras, se debe hacer un seguimiento de cómo evoluciona la pandemia para adaptar del mismo modo el rastreo de la COVID. Está previsto que de la reunión del Consejo quede fijada la nueva estrategia de vigilancia del coronavirus.

Mientras ese momento llega, la comunidad madrileña ya ha decidido adoptar varias medidas con las que iniciar "de manera paulatina" la transformación en el control de la pandemia. Una de ellas es la eliminación de pruebas de detección de forma general. Ahora serán los responsables profesionales quienes establezcan la necesidad o no de hacerlas, en función de su valoración, la sintomatología y el perfil del paciente.

Se elimina también la comunicación de los casos positivos en los test de autodiagnóstico, que se hacía mediante el teléfono 900 102 112. Asimismo, respecto al conteo de casos, mantener una monitorización con carácter semanal, así como indicar la proporción de la positividad y el tipo de variantes detectadas.

Dentro de una segunda fase, pasado un tiempo, estaría la activación de la red centinela de vigilancia de enfermedades respiratorias para los cuadros leves en atención primaria y hospitales, la eliminación de las restricciones de acceso en centros de salud, aunque conservando el uso de la mascarilla. Por último, estaría la revisión de la normativa regional para permitir el consumo en espectáculos en los que el público esté de pie, el consumo en las pistas de baile y la eliminación del metro y medio de distancia.