El magnate ruso y propietario del Chelsea, Roman Abramovich, fue vetado por el Reino Unido debido a sus estrechos vínculos como cómplice con el presidente Vladimir Putin, actor principal de la crisis entre Ucrania y Rusia.

Además, es uno de los oligarcas del líder ruso, una de sus mayores personas de confianza, ya que constantemente todas las cuestiones de estado son trasladadas a Abramovich antes de la imposición de decisiones sustanciales. Incluso, se manejo la hipótesis de que el Kremlim ordenó al empresario, que efectuara la compra del Chelsea, según el libro 'Putin`s People' Por el momento, las últimas informaciones apuntan que Abramovich busca desmarcarse del líder ruso debido a las últimas amenazas, en forma de sanciones, por parte de las autoridades mundiales.

Por este estrecho vínculo con Vladimir Putin, el empresario no podrá vivir en el archipiélago británico o incluso solicitar la ciudadanía local. No obstante, en 2018 las autoridades británicas retiraron su solicitud de visado después de que Sergei Skripal, un ex agente espía ruso y su hija fueron envenenados en la ciudad de Salisbury.

Este hecho provocó una tensión diplomática entre el Reino Unido y Rusia, por lo que el propietario del club inglés se vio obligado a pedir la ciudadanía israelí, pasaporte qué le ha servido para poder visitar el país y los partidos del Chelsea.

Sin embargo, el conflicto entre Rusia y Ucrania ha chocado en el núcleo familiar de los Abramovich, ya que su hija, Sofia, criticó en redes sociales la actuación de Vladimir Putin tras invadir suelo ucraniano.

"Putin quiere una guerra con Ucrania"

La dureza de las palabras de Sofía Abramovich impactó en su muro social, donde expuso que “Rusia quiere una guerra con Ucrania”, donde tachó el nombre del país para recalcar que “Putin quiere una guerra con Ucrania”. Además, también se puede apreciar otra frase: “La mentira más grande y exitosa propaganda del Kremlin es que la mayoría de los rusos están con Putin”, finaliza el mensaje.