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CONFLICTO UCRANIA-RUSIA

El propietario ruso del Chelsea, Roman Abramovich, no puede vivir en el Reino Unido

Debido a las tensiones entre Rusia y Ucrania, el gobierno británico ha sancionado a varios de los hombres de confianza de Vladimir Putin en el país. Roman Abramovich es uno de ellos.

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El propietario ruso del Chelsea, Roman Abramovich, no puede vivir en el Reino Unido

Llegó a Londres en 2003. El billonario Roman Abramovich compró el Chelsea, que pasó de ser un aspirante eterno, a conquistar todos los títulos posibles a nivel de clubes. Sus enlaces con Vladimir Putin, y la crisis entre Ucrania y Rusia, le impedirán vivir en el Reino Unido o solicitar la ciudadanía británica.

Ya en 2018 retiró su solicitud de un visado de inversor después de que un ex espía ruso y su hija fueran envenenados en la ciudad de Salisbury, generando una tensión que sigue viva entre el Reino Unido y Rusia. Entonces, Abramovich pidió la ciudadanía israelí, pasaporte que ha utilizado para visitar el país.

El martes, su nombre fue uno de los 35 oligarcas identificados por el líder de la oposición rusa Alexei Navalny como principales apoyos de Putin, algo que Abramovich niega. También apareció el del inversor del Arsenal Alisher Usmanov. El Parlamento Británico apoyó sanciones para ellos, y el Ministerio del Interior así como agentes de Inmigración tienen la misión de evitar que puedan asentarse en el Reino Unido.

Nunca lo ha hecho Abramovich, pese a que además del Chelsea, posee una mansión por valor de más de 150 millones de euros, superyates como el Solaris (valorado en más de 540 millones de euros) y una empresa, Evraz, gigante de la minería y el acero que cotiza en la bolsa de Londres. El grueso de su fortuna lo logró adquiriendo y vendiendo activos públicos de la Unión Soviética cuando ésta se disolvió.

La Secretaría de Exteriores, Liz Truss, explicó en el Parlamento: “Tenemos una larga lista de cómplices de los actos del líder ruso. Si Rusia se niega a retirar sus tropas, tendremos que aumentar la presión y apuntar hacia más bancos, élites y empresas importantes. La intención es la de dañar a Putin y degradar el sistema económico ruso con el tiempo, teniendo como objetivo a quienes están cerca de Putin”.