La situación generada en el Partido Popular a raíz de la supuesta trama de espionaje a Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad, ha generado todo un terremoto en el panorama político del partido. Las bases de la formación, así como diferentes barones regionales y presidentes provinciales, apuestan por un cambio. Los que le hacen la oposición se movilizan para pedir la dimisión de Pablo Casado y forzar la realización de un congreso extraordinario.

No son los únicos, según El Mundo: detrás de esta maniobra también están los simpatizantes de la líder madrileña, además de afiliados de toda España y diferentes cargos territoriales. Todos ellos secundan un manifiesto en el que piden al presidente del partido, Pablo Casado, su dimisión, y que convoque "de forma urgente a los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional".

A su vez, solicitar la designación de una dirección de forma provisional "que se haga cargo de las cuestiones ordinarias del partido hasta que se celebre un congreso". En otras palabras, una gestora mientras llega este congreso. El manifiesto, de acuerdo con el citado medio, llama a un periodo de transición que sea lo más corto posible. "España no merece estar pendiente de nuestra vida orgánica y debemos volver a centrarnos cuanto antes en lo que verdaderamente importa a los ciudadanos".

Casado contacta con los presidentes

El Mundo asegura que desde las baronías del PP se está moviendo "mucho" esta carta por toda España, también entre cargos directivos de estructuras territoriales. Casado, a su vez, ha empezado contactar con los presidentes regionales del PP que no gobiernan. El objetivo de su llamada, la celebración de una reunión que podría tener lugar esta misma semana: el miércoles o el jueves, según indican cuatro presidentes consultados por el citado medio.

"Se está fraguando", revela un presidente regional del que no ha trascendido el nombre. Unos presidentes que, desde el pasado viernes, pedían a Casado una llamada, como sí hizo el líder de la formación azul con los cinco que gobiernan en sus respectivas regiones (Andalucía, Castilla y León, Galicia, Murcia y Ceuta).

La carta supone un nuevo motivo de preocupación para un PP en el que las aguas bajan revueltas en las últimas semanas, después de que saltara la noticia tras unas elecciones de Castilla y León menos positivas de lo esperado. Y mientras, la popularidad de Casado va hacia abajo según las encuestas. No lo quieren como líder del partido y creen que de esta crisis sale más perjudicado que Ayuso.