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El país que pondrá fin a la caza de ballenas

Islandia ha anunciado que en 2024 cesará esta actividad, que causa mucha controversia y que en los últimos años no ha generado beneficios económicos.

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El país que pondrá fin a la caza de ballenas.

Islandia ha decidido que a partir de 2024 no volverán a cazarse ballenas. Así lo ha confirmado Svandís Svavarsdóttir, ministra de Pesca y Agricultura del país, en un artículo de opinión publicado el pasado viernes en el diario Morgunblaðið. "Hay pocas justificaciones para autorizar la caza de ballenas más allá de 2024", ha asegurado, marcando como fecha final el año en el que expiran las cuotas actuales.

En los últimos años, esta actividad no ha tenido relevancia económica para Islandia, algo que según la ministra es "indiscutible", al no capturarse ningún gran ejemplar en los últimos tres años, salvo una ballena minke capturada el año pasado. Svavarsdóttir ha asegurado que Japón "ha sido el mayor comprador de carne de ballena" procedente de Islandia, pero "su consumo está disminuyendo año tras año".

Por ello, se pregunta si Islandia "debería correr el riesgo de seguir" con una actividad que "no ha generado beneficios económicos" para "vender un producto que tiene poca demanda". La caída de la exportación a Japón ha sido provocada por el fin de la prohibición de la caza comercial de ballenas en el país asiático. Este veto había estado vigente durante 30 años por orden de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), pero la salida del país japonés de la organización ha provocado el regreso a la caza de esta especie.

Especies vulnerables y en peligro de extinción

La labor de la CBI es "prever la conservación adecuada de las poblaciones de ballenas y así hacer posible el desarrollo ordenado de la industria ballenera", algo que estaba incumpliendo Islandia. Este país salió de la organización en 1992 y regresó en 2002, pero en 2006 volvió a cazar provocando el enfado de "muchos países que lo consideraban como un intento de Islandia de eludir las regulaciones internacionales", según Whale and Dolphin Conservation (WDC), una organización sin ánimo de lucro.

Además, Svavarsdóttir ha admitido que había mucha controversia con esta actividad, que había provocado que la cadena minorista estadounidense Whole Foods dejara de vender productos islandeses durante un tiempo. Según la WDC, más de 1.700 rorcuales menores, comunes (considerada especia vulnerable) y sei (en peligro de extinción) han muerto en Islandia desde 1986, además de otras 852 ballenas de aleta.