La pensión de viudedad es un método de protección contra la pobreza y la exclusión social de aquellas personas que hayan perdido a un cónyuge. Se entiende a un matrimonio como una sociedad que desarrolla de forma solidaridad diferentes ámbitos de la vida, también el económico. Esta paga trata de compensar el vacío económico que deja el fallecimiento de una de las partes de la pareja.

En el caso de la pareja de hecho, en el punto de vista económico la apreciación es prácticamente la misma o muy similar, debido a que este estado civil es una forma de demostrar a los organismos públicos de una necesidad de la pareja en el sentido de la dependencia económica, cuando hablamos de las dos partes que forman dicha pareja de hecho.

¿Cómo podría perder mi pensión de viudedad?

Como antes comentábamos, la pensión de viudedad es una medida compensatoria debido a la pérdida de uno de los cónyuges, por lo tanto, cuando dicha persona vuelve a recuperar esa sociedad con una nueva pareja, es lógico que se retire este beneficio.

Se considera que esta nueva relación ocupa la posición de la persona fallecida en el aspecto económico para trabajar de forma solidaria en el desarrollo económico del núcleo que forman ambas personas. De la misma forma, al iniciarse una pareja de hecho todas estas suposiciones también se llevan acabo y se considera que la sociedad económica se encuentra en una posición equilibrada.

En este caso, la retirada de la pensión de viudedad se producirá por la convivencia de una pareja de hecho tras una serie de condiciones: una convivencia estable durante al menos cinco años, y haberse registrado como pareja con dos años de antelación.

Hay que aclarar que si el pensionista es declarado culpable del fallecimiento de su cónyuge, o si esta persona que recibe este beneficio fallece, se retirará la pensión de forma definitiva.

Requisitos para seguir cobrando dicha pensión

Existen casos concretos en los que una persona puede mantener la pensión de viudedad pese a que cuando llega un nuevo matrimonio, o se declare pareja de hecho de una nueva persona.

Para seguir cobrando esta presión, la persona debe ser mayor de 61 años, aunque también es posible seguir percibiendo este pago cuando la persona tiene una discapacidad permanente demostrada, siempre en un grado igual o superior al 65%.

Además de esto, la persona deberá demostrar que la pensión es su principal fuente de ingresos en dos aspectos concretos, el primero de ellos es que esta suponga como mínimo el 75 % del total de los ingresos anuales. La segunda condición es que el matrimonio no tenga unos ingresos anuales que superen el doble del salario mínimo interprofesional. Todos estos requisitos y normas son aplicados tanto en los matrimonios como en las parejas de hecho.