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Confinamiento para no vacunados: así son las restricciones

Austria ha sido el primer país en tomar la decisión de confinar a los que han rechazado la vacuna. Salvo contadas excepciones, tienen prohibido salir de casa.

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Confinamiento para no vacunados: así son las restricciones
GEORG HOCHMUTH AFP

"La situación es seria. La cuarta ola nos afecta plenamente. Eso se debe a la variante delta, pero también a la baja cuota de vacunación". Son palabras del canciller austriaco Alexander Schallenberg. Austria, con una tasa de vacunación "vergonzosamente baja" según Shcallenberg (un 63%, de acuerdo con la web Our World in Data), inicia este lunes una medida que ha levantado críticas: el confinamiento de los no vacunados.

Aquellos que han rechazado ponerse la vacuna contra la COVID (mayores de 12 años), o que no se han recuperado de la infección en los últimos seis meses, desde este lunes y al menos hasta el próximo día 24 de noviembre tendrán severas limitaciones para poder salir de sus domicilios. Con esta medida se pretende impulsar la vacunación entre el casi 40% de habitantes que se ha negado a vacunarse. De los casi nueve millones de habitantes, estarán confinados cerca de dos.

¿Qué restricciones hay?

Ante el avance de una nueva ola de la pandemia, con Europa como epicentro en las últimas semanas, el entorno europeo mira con detalle cómo irá esta solución en Austria, que cuenta con una incidencia acumulada de 850 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos siete días, acumula récords de contagios en las últimas fechas y con una tendencia al alza. En España, la incidencia en el mismo periodo de tiempo es de 48,67 casos.

Esta medida que se ha tomado en Austria implica la restricción de la movilidad, salvo en escasas excepciones justificadas, como ir a tiendas de primera necesidad (comprar comida o medicamentos), acudir al médico o los centros de vacunación, pasear o hacer ejercicio al aire libre. Ir al trabajo también está permitido, pero siempre que se presente un test PCR negativo con un máximo de 48 horas desde su realización. Entre las actividades prohibidas están ir a tiendas no esenciales, bares, restaurantes, peluquerías o eventos diversos. En el país austriaco estará penado con multas de entre 500 y 1.450 euros, y de hasta 3.600 euros para establecimientos que no cumplan las normas.

Exentos de estas restricciones quedan los menores de 12 años y las mujeres embarazadas, así como las personas que por motivos de salud no se pueden vacunar. En el caso de los que se pongan la primera dosis en este periodo de tiempo, se pueden librar de las restricciones siempre que presenten una prueba PCR que deberán renovar cada dos días. La situación es similar en los adolescentes mayores de 12 años, quienes cada semana se realizan tres test en los colegios.

¿Es posible su aplicación en España?

Otros países del entorno europeo ya le ven las orejas al lobo y, sin llegar a este extremo, sí han comenzado a aplicar medidas para intentar contener esta nueva ola de contagios. En varios estados de Alemania los bares y restaurantes solo aceptan la entrada a clientes vacunados contra la COVID; Países Bajos ha recuperado la distancia mínima de separación y las tiendas no esenciales cierran a las 18:00 horas; por su parte, Rumanía ha impuesto el toque de queda de ocho de la tarde a cinco de la madrugada para las personas sin vacunar.

El avance en las restricciones en el marco europeo invita a pensar en si sería posible que en España se pueda hacer algo similar. La situación es totalmente opuesta a la de la mayoría de estos países: con una de las mayores tasas de vacunación de la población, el 78,9% de la pauta completa (Austria, un 63% pero con una población que supone la menos de la cuarta parte que España). Además, aunque los datos de los últimos días apuntan a una subida en los contagios, la incidencia todavía está muy lejos de los más de 800 de Austria, los 542 de Países Bajos o los 314 de Alemania. La incidencia entre los no vacunados en Austria está disparada, con unos 1.700 casos, mientras que la de los vacunados es de 383.

En caso de que se tomara la decisión, todo apunta a que se plantearían medidas similares a las tomadas por Austria y demás países que limitan la movilidad a los no vacunados. Por ejemplo, con prohibición de acceso a espacios no esenciales, pruebas PCR para acudir al trabajo o incluso el toque de queda en un horario concreto.