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Un vulcanólogo griego explica por qué no se puede poner fecha al fin de la erupción

El vulcanólogo del Instituto Geográfico Nacional, Stravos Meletlidis, explica los motivos por los cuales no se puede determinar el final de la erupción.

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Un vulcanólogo griego explica por qué no se puede poner fecha al fin de la erupción
Elvira Urquijo A. EFE

Ha pasado mes y medio desde que el volcán de Cumbre Vieja en La Palma entrase en erupción y desde entonces, el gran deseo de los palmeros es presenciar el final de la actividad eruptiva. Un fin que, por el momento, no está cerca.

Sin embargo, por muchos escenarios que los expertos han tratado de trazar sobre cuál puede ser el final de la erupción, no se puede poner una fecha concreta. Así lo ha desvelado el vulcanólogo griego, del Instituto Geográfico Nacional, Stravos Meletlidis, después de que otros expertos detectasen "signos positivos" que podrían indicar el principio del final, como por ejemplo el descenso del tremor o un menor nivel de las emisiones de dióxido de azufre.

"No se puede poner fecha final para un proceso cambiante"

Según este experto del IGN, no se puede determinar una fecha concreta para determinar el momento en que terminará el proceso eruptivo al tratarse de "un proceso cambiante".

Por otro lado, Meletlidis dijo que tampoco se podía utilizar el término reactivación ya que "el volcán no ha parado nunca su actividad", tal y como explicó a 'EFE'. El griego lanzó esta afirmación después de que en el día de ayer se observasen por primera vez unos flujos de lava que no se habían visto antes. 

Además, el griego prefiere hablar de "cambios en algunos parámetros" de la actividad del cráter, cuyos niveles de emisión de azufre se encuentran en unas nueve mil toneladas diarias, es decir, muy por encima de las 500 toneladas diarias que provocarían un escenario mucho más favorable, según los expertos.

Más de dos mil edificios arrasados y mil hectáreas afectadas

Según los últimos datos ofrecidos por el programa Copernicus, son unas mil hectáreas las que ha arrasado la lava emitida por el volcán de Cumbre Vieja, mientras que más de dos mil edificios, la mayoría de ellos de uso residencial, han sido destruidos.

Unos datos que llegan después de que días atrás aumentase la emisión de gases. El propio Meletlidis apuntó que son necesarias esas 500 toneladas diarias o menos de emisión para hablar por primera vez de "extinción próxima de la erupción".