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A qué temperatura deberías poner la calefacción si quieres ahorrar en tu factura

Según datos del IDAE (Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía), el consumo de calefacción representa el 47% del consumo de energía de un hogar.

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A qué temperatura deberías poner la calefacción si quieres ahorrar en tu factura

Este fin de semana llega una bajada importante de las temperaturas, y eso se notará en el consumo de energía. Una de los consejos básicos que más repiten los expertos es que los cambios bruscos de temperatura son el gasto más importante, y no es nada saludable.

Si en la calle hay 4 grados, y en tu casa, 24, ese contraste supone un gasto muy importante además de secar las vías respiratorias, causar sequedad en los ojos, en la piel, que tengas calor en casa y vayas en manga corta, o sudes por la noche, y tu cuerpo tarde más en adaptarse al exterior cuando salgas.

A qué temperatura debes poner la calefacción

Los expertos aconsejan a una temperatura de 22 grados de media, y no dejar que se enfríe la casa a menos de 19 grados. Si tienes temporizador, o un gestor de temperatura, podrás utilizarlo sin problemas, ahorrando en los momentos en que más frío hace y sin tener que encender de nuevo.

Y es que encender y apagar es de lo que más gasta. Por eso es mejor cuando vayas a salir dejar que la temperatura no baje de X grados, 18, 17… los que consideres… y así cuando vuelvas no tardará tanto en subir a una temperatura cálida. En los lugares más fríos de Alemania, por ejemplo, en los complejos residenciales, aconsejan que si no se va a estar en casa, la temperatura se deja a un mínimo de 16 grados en invierno, es frío, pero la casa no estará helada.

Dormir con la calefacción puesta a una temperatura elevada no es recomendable. Es verdad que si hay bebés o niños pequeños, o mayores vulnerables, la temperatura tendrá que ser un grado más de lo habitual, pero pasar calor de noche evita un descanso saludable.

El cuerpo debe poder relajarse y alcanzar la fase REM a una temperatura en la que no sude, si hay calor en la casa, más pijama de invierno, más manta… el descanso no es igual. Si hace frío tampoco, por eso una temperatura media de 19 grados para dormir, y de 22 cuando sea la tarde, noche, es algo muy recomendable.

De la misma manera, si los 19 grados al levantarte te resultan fríos, que pueden serlo, programa la calefacción para que una hora o media hora antes de que todo el mundo se levante salta la calefacción a esos 21 grados que caldean el ambiente. Si todo el mundo se va a trabajar fuera de casa, al colegio, universidad, pon una temperatura mínima.

Aprovecha si hace sol y que caliente las ventanas. Es ahora cuando hay que aprovechar los recursos, además de aislar correctamente la vivienda, evitar que se vaya el frío y el calor es parte fundamental de mantener una temperatura adecuada. De hecho, una casa mal aislada hace que el gasto aumente un 30%. Y una caldera que no funciona bien, o unos radiadores viejos que tardan mucho en calentarse también aumentan el gasto.