El principal objetivo que tienen los cambios horarios como el que se producirá el próximo 31 de octubre, cuando retrasaremos el reloj una hora (a las 03:00 serán las 02:00 horas), es aprovechar al máximo la luz natural, de forma que se consuma menos energía y las facturas puedan ser más baratas. Sin embargo, el diferente estilo de vida que han adoptado las personas podría hacer que cambiar la hora no resulte ya tan útil.

“El cambio de hora se instauró hace bastantes décadas e inicialmente se pretendía una disminución del consumo energético por parte de la industria, que en la época era el gran demandante de energía eléctrica”, explica a ABC Fernando Hernández, profesor de economía del departamento de matemática aplicada y estadística de la Universidad CEU San Pablo. Sin embargo, actualmente, “el consumo de las familias ha aumentado considerablemente por el uso de los dispositivos electrónicos. Esto hace que el ahorro que se producía entonces sea ahora mucho menor o nulo”.

La Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE) está de acuerdo con Hernández y afirma que “el ahorro del que hablamos es irrisorio y eso no demuestra que el cambio de hora sea importante desde el punto de vista económico”. Incluso la Unión Europea reconoce que ya no existe un impacto económico sustancial. En concreto, según los cálculos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), cada familia puede ahorrarse entre seis y ocho euros al año en el mejor de los escenarios, lo que supondría un ahorro del 5%.

La factura podría encarecerse

Al contrario de lo que se espera, la factura de la luz podría incluso aumentar en los próximos meses. Para encontrar el motivo, primero debemos recordar las tres franjas horarias que se establecieron en junio con precios diferentes para los usuarios domésticos (menos de 15kW) acogidos al mercado regulado con el Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC):

Dado que a partir del próximo 31 de octubre saldrá el sol sobre las 7:40 horas y se pondrá a las 18:10 horas, la hora de luz natural se gana en el tramo horario más barato. En cambio, se pierde en la hora más cara, con lo que se consumirá más electricidad y puede aumentar el precio de las facturas. Hernández aclara que a esto hay que sumarle que “la factura de la luz siempre se suele encarecer en invierno, pero no solo por la luz solar, sino porque en muchos hogares la calefacción es eléctrica”, apunta Hernández.

En cualquier caso, el experto no se atreve a vaticinar de forma exacta cuánto pagaremos de más: “Es complicado decir una cifra por las medidas que ha tomado el Gobierno para abaratar el precio de la luz y con el cambio de hábitos que han provocado los nuevos tramos horarios”.