Un grupo de investigadores del Instituto Pasteur de Madrid junto a otros científicos del Instituto Pasteur de Laos han analizado una serie de murciélagos que habitan grutas calcáreas con un resultado “fascinante y bastante aterrador” relacionado con el coronavirus, según David Robertson, virólogo de la Universidad de Glasgow. La investigación ha mostrado la presencia de tres virus similares al coronavirus en los murciélagos, según un artículo publicado en Nature.

Los resultados acercan la hipótesis de que la COVID-19 tuvo un origen natural y no fue creado, como muchas veces se ha barajado. Así, los investigadores analizaron saliva, heces y orina de 645 murciélagos en cuevas de Laos y encontraron tres virus: BANAL-52, BANAL-103 y BANAL-236.

Estos virus, similares al SARS-CoV-2, tienen la capacidad de infectar células humanas, ya que tienen regiones que se unen al receptor, que se adhieren a las células humanas para invadirlas. Según Alice Latinne, bióloga evolutiva en la Wildlife Conservation Society en Hanói (Vietnam), el sudeste asiático es “un punto caliente de diversidad para los virus relacionados con el SARS-CoV-2”.

“Estoy más convencida que nunca de que el SARS-CoV-2 tiene un origen natural”

“Cuando se secuenció por primera vez el SARS-CoV-2, el dominio de unión al receptor no se parecía a nada que habíamos visto antes”, señala Edward Holmes, virólogo de la Universidad de Sydney en Australia. Al comienzo de la pandemia, esto hizo pensar que el coronavirus no tuvo un origen natural. Ahora, con el nuevo hallazgo, las teorías que apuntaban a que la COVID-19 fue creada pierden peso.

“Estoy más convencida que nunca de que el SARS-CoV-2 tiene un origen natural”, coincide Linfa Wang, viróloga de la Facultad de Medicina de Duke-NUS en Singapur. El parecido de los virus encontrados impulsa el origen natural de la COVID-19: BANAL-52 es un 96,8% similar al coronavirus, según Nature.

Estos no son los únicos virus parecidos al SARS-CoV-2 que se han hallado. La revista científica explica cómo el año pasado se encontró el RatG13, otro virus pariente a la COVID-19 en murciélagos de Yunnan: este era un 96,1% idéntico, lo que apuntaba a que ambos virus compartieron un ancestro hace 40-70 años.