VOLCÁN EN LA PALMA

La fajana podría derrumbarse: las posibles consecuencias

María José Blanco, del Instituto Geográfico Nacional (IGN), explica que el derrumbe podría provocar una "liberación brusca de gases, explosiones y olas".

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La erupción del volcán en La Palma se aproxima a su tercera semana completa y las bocas activas en el mismo no muestran signos de agotamiento. No obstante, a pesar de que no hay a día de hoy evidencias de que un nuevo centro emisor alejado del cono principal pueda abrirse, tampoco se puede descartar por completo. Así lo ha asegurado María José Blanco, directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN) en Canarias.

En su comparecencia diaria, los expertos han señalado que "no se descartan" nuevos focos. Eso sí, de darse, se producirían "en el entorno del cono principal". Un cono, situado en Cumbre Vieja, que no deja de emitir grandes cantidades de lava desde su interior, desde sus tres focos emisores principales y uno algo más abajo, en la 'falda' del volcán. Esta expulsión prolongada de magma hace que la fajana sobre el agua siga creciendo, con lo que ya ha alcanzado el límite de la plataforma insular.

Posibles olas

La lava expulsada por el volcán hace que las coladas sigan alimentando el delta sobre el océano y, en caso de que continúe con su avance a unas profundidades mayores, se podrían producir derrumbes en el frente del delta lávico. Junto a ello se producirían, también, la "liberación de gases de forma brusca, explosiones hidromagmáticas e incluso olas", explica Blanco.

Las condiciones en cuanto a la calidad del aire empeoraron en las últimas horas, aunque para el sábado se espera una leve mejoría. Igualmente, el penacho de ceniza y dióxido de azufre que emite el volcán ha afectado ya al tráfico aéreo en los aeropuertos de La Palma y Tenerife Norte: alcanza una altura máxima de 3.500 metros.

Zonas afectadas por la colada y aumento de sismicidad

El Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca) ha actualizado los datos de la superficie afectada por las coladas de lava: en total son ya 471 hectáreas, con puntos de una anchura máxima de unos 1.250 metros. La fajana sobre el océano sigue creciendo y se extiende hacia norte y sur, con una distancia sobre la costa de 150 metros. El nuevo apéndice surgido en las últimas horas, y que se desvió sobre una zona de plataneras, se encuentra a unos escasos 150 metros del océano, a punto ya de hacer contacto con el agua. En total, 120 hectáreas agrícolas se han visto afectadas (59,39 de plátano, 33,43 de viña y 7,36 de aguacate).

Por otro lado, la actividad sísmica no da tampoco un respiro, aunque por el momento se están registrando a unas profundidades de entre 10 y 15 kilómetros y las deformaciones del terreno no son significativas. Desde el pasado 6 de octubre, el IGN ha detectado un total de 180 terremotos, de los cuáles 56 fueron sentidos por la población. El mayor de ellos, de 4,3 de magnitud, se registró a unos 35 kilómetros de profundidad. Mientras, el tremor volcánico se mantiene estable en los parámetros medios desde el inicio de la serie sísmica.