VOLCÁN EN LA PALMA

Se produce lo que los expertos temían: un desbordamiento

La lava emitida por el volcán de La Palma ha tomado un nuevo camino en su búsqueda del mar, alejándose de la principal. Ha arrasado con plataneras y edificios.

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El volcán de La Palma situado en la zona conocida como Cumbre Vieja sigue sin dar síntomas de debilitarse. Sin ir más lejos, la lava expulsada del volcán tomó un nuevo camino en la jornada del jueves. Si bien antes los ríos de lava discurrían por la anterior colada, la que había conseguido llegar hasta el océano, se ha producido lo que los expertos temían: un desbordamiento, que ha provocado nuevos daños.

En una posición ya cercana a la costa, un dedo de la colada principal tomó un un nuevo camino hacia el agua, arrasando a su paso y provocando más daños en cultivos de plátanos, depósitos y edificaciones. La bifurcación se ha producido a unos 350 metros del mar, frente a la playa del Charcón.

El director técnico del Plan de Prevención de Riesgo Volcánico, Miguel Ángel Morcuende, ha señalado el posible origen de la desviación: en su avance hasta llegar al océano, podría haberse encontrado con un terreno divisorio, que le habría hecho extenderse por encima.

Preocupa la calidad del aire

Mientras tanto, la calidad del aire sigue siendo un motivo de preocupación, después de que se haya registrado un empeoramiento debido a una inversión térmica a altitudes de entre 600 y 700 metros. Además, el débil viento imposibilita que estas nubes de ceniza y dióxido de azufre se diluyan, en una situación que se podría prolongar hasta el sábado.

Unas condiciones que han obligado a Binter y Canaryfly, las dos compañías que operan entre La Palma y el resto de Canarias, a suspender sus vuelos. A su vez, el aeropuerto de la capital de la isla ha tenido que permanecer inactivo por las difíciles condiciones para operar.

Aumenta la sismicidad

A su vez, el Instituto Geográfico Nacional (IGN) ha confirmado un aumento en la sismicidad, especialmente en la zona sur de La Palma. En la última jornada se han contabilizado más de 60 sismos, si bien la mayoría registrados a unos 10-15 kilómetros de profundidad.

El mayor de ellos, de magnitud 4,3 en la escala Richter, tuvo lugar en Villa de Mazo y se sintió en casi toda la isla. Es el mayor registrado desde la erupción del volcán. No obstante, su profundidad de 35 kilómetros no supone motivo de preocupación para los expertos. Horas más tarde, se registraron varios terremotos tanto en Villa de Mazo como en Fuencaliente, (de 3,8 y 3,6) y profundidades de 37 y 10 kilómetros. A última hora de la tarde se detectó un nuevo sismo en Fuencaliente de 3,4 de magnitud y a 13 kilómetros de profundidad.

Por lo pronto, tanto la profundidad de los mismos como la escasa deformación del suelo no supone un riesgo de que se produzca un nuevo centro emisor lejano al cono principal, según los expertos. Eso sí, advierten, las condiciones siempre están sujetas a cambios imprevisibles.

En las últimas horas, el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) ha informado de una etapa de mayor explosividad del volcán, si bien se mantiene en una escala de dos sobre ocho y siguen activos tres centros emisores en el cráter y otro en la lateral norte del cono principal.