Muere el periodista Antonio Franco, el director total
El periodista fundó y dirigió El Periódico de Catalunya así como la edición catalana del diario El País. Apasionado del Barcelona y el Elche, dignificó la información deportiva.
Para una generación de periodistas catalanes la figura de director de periódico quedaba automáticamente asociada a la de un señor muy grande, serio, que sabía de todo, de una humanidad excepcional y de un reverencial amor por el periodismo. Esa figura era la de Antonio Franco Estadella (Barcelona 17-1-1947) que murió el sábado dejando vacía la silla del director perfecto.
Antonio Franco fue el director de periódico generalista que más valor le dio a la información deportiva iniciando un camino que luego ha sido admitido por todas las redacciones. Franco era un culé apasionado. Su imagen en la final de Wembley entrando en la grada junto a sus amigos con la bufanda del Barça y la cara pintada con los colores de su equipo no le convertían en un periodista de bufanda. Era tan ecuánime, que podía permitirse esos gestos sin que nadie dudara de la estupenda sección de deportes que conformó en El Periódico de Catalunya junto a su amigo del alma Emilio Pérez de Rozas.
Además del Barça, el Elche era el otro equipo de sus amores y no dudaba en desplazarse cuando podía a Zaragoza o a Girona para ver en acción a su otro equipo acompañado del también tristemente fallecido Carlos Pérez de Rozas. De su amor por el Elche pueden dar fe todos los redactores de deportes que trabajaron bajo sus órdenes. No había semana en que no les preguntara cómo iba el equipo ilicitano, aunque militara en Segunda B.
Su idea del Barça, según recuerdan los que trabajaron con él como Marcos López era la de “un culé apasionado, un maestro que te marcaba constantemente, lo sabía todo. Si te equivocabas en algo ten por seguro que te lo diría, pero también te hacía sentir su afecto y su complicidad”.
Franco escribió del Barça hasta el final, pero cuando lo hacía en Deportes firmaba como Antonio Bigatà. De hecho, su último artículo fue de Deportes y se publicó el 5 de septiembre pasado. Firmaba con el seudónimo tomando prestado el apellido de su esposa porque cuando empezó en el periodismo, el mítico Manuel Ibáñez Escofet le recomendó que preservara su nombre para tareas más elevadas que las de escribir en Deportes, que en aquella época no es que fuera la sección mejor vista de los diarios. El mismo Antonio Franco contribuyó a cambiar esa idea desde la fundación de El Periódico de Catalunya, del que fue el primer director (con sólo 31 años) de 1978 a 1982. Su idea era la de crear un diario popular al estilo de su admirado Liberátion que se leyera en 10 minutos, fuera cercano, de centro-izquierda y del Barça.
Antes de aterrizar en El Periódico estuvo en el Diari de Barcelona y formó parte de la redacción de las revistas satíricas El Papus (donde sufrió el atentado de la ultra derecha que le costó la vida al conserje Juan Peñalver) y Barrabás.
Dejó seis años El Periódico para sacar adelante la edición catalana de El País, donde conformó una redacción de ensueño que por primera vez lanzaba un diario con capitalidad compartida abogando por una idea de transversalidad que siempre marcó su trayectoria, tanto en política como en el fútbol.
Regresó a El Periódico en 1988 y fue su director hasta el 2006. Siguió pendiente de su Barça escribiendo el día del cierre del mercado un artículo tan preclaro como memorable. Resulta que en la edición de papel de L’Equipe que se había comprado Franco por la mañana en Francia donde estaba de viaje, Griezmann era jugador del Barça, pero en la web era jugador del Atlético desde hacía horas. “Las carreras entre los camiones con papel y lo que viaja a la velocidad de la luz traen esas cosas, que nos ponen todavía más difícil la supervivencia de la credibilidad de los diarios en papel (…) del papel debemos esperar más bien las noticias ya contrastadas y ampliadas. Que conste que las webs se equivocan mucho más que el papel y son menos fiables, pero acabarán haciéndolo desaparecer si ustedes, los lectores, no se reincorporan a cierta militancia interesada en la supervivencia de lo que ha significado para la humanidad lo que nos legó en profundidad Gütemberg”. Para el pensamiento y también incluso para las noticias correctas del fútbol”. La última clase del director.