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Así han cambiado los controles en aeropuertos y los aviones tras el 11-S: las principales medidas

Los atentados terroristas provocaron un antes y un después en la seguridad de las terminales aéreas. Te contamos todas las nuevas medidas que se implementaron desde entonces.

Así han cambiado los controles en aeropuertos y los aviones tras el 11-S: las principales medidas
KENA BETANCURAFP

El 11 de septiembre de 2001 tuvo lugar en Estados Unidos el mayor atentado terrorista de la historia. En total, fueron 2.296 las personas que perdieron la vida aquel fatídico día. El atentado fue ejecutado por Al Qaeda contra el complejo de edificios World Trade Center, en Nueva York, y el Pentágono, en Washington D.C.

Estos ataques provocaron un antes y un después en la seguridad de las terminales aéreas. Antes del 11-S, la forma de viajar en avión era mucho más sencillo. No hacía falta identificarse para pasar por seguridad en los aeropuertos, tampoco era necesario ni descalzarse ni separar los objetos electrónicos. Además, estaba permitido llevar líquidos en el equipaje de mano.

Deficiencias de seguridad

La seguridad en las terminales aéreas estaba a cargo de contratistas privados poco cualificados para prever o identificar posibles amenazas. No se revisaba todo el equipaje de carga y las personas casi no pasaban por detectores de metales. Las familias acompañaban a los viajeros hasta la puerta de embarque y una vez en el avión, entrar a la cabina era común para que los niños y las familias se tomaran fotos con el piloto y la tripulación.

El director de Aviación Civil de la Oficina de Auditoría General del Gobierno americano, Gerald Dillingham, señaló que: "La rotación superaba el 100% al año en la mayoría de los grandes aeropuertos", denunció tiempo después de los ataques. Las deficiencias de seguridad en los aeropuertos quedaron reflejadas ante la "Comisión 9-11", que se encargó de realizar el informe oficial de los atentados.

El informe recogió que se introdujeron pistolas, cuchillos, bombas y patógenos que podían transmitirse por el aire. Se demostró que el sistema de seguridad fallaba, cuando unos agentes de inspección consiguieron pasar todos los controles hasta las puertas de los aviones siete de cada diez veces.

Modernización de la seguridad

Poco después de los atentados, la administración de George W. Bush gastó cerca de 20.000 millones de dólares para modernizar toda la seguridad e inteligencia en las terminales aéreas. En primer lugar, los controles pasaron a ser responsabilidad de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA).

Otro de los cambios introducidos por Bush fue la cantidad de trabajadores encargados de la seguridad privada en los aeropuertos. Un año después del 11-S, se contrataron a 56.000 nuevos encargados de seguridad. Además, la TSA contrató a 65.000 agentes federales nuevos.

En 2003, todos los controles de seguridad de pasajeros de todos los vuelos comerciales fueron supervisados por los agentes federales en todos los aeropuertos comerciales de EE. UU. Se implementó en el control de seguridad: el escáner y la revisión de todo el equipaje de bodega. Eso sí, según el director de Seguridad de la Aviación Civil y Protección al Usuario de la Agencia Española de Seguridad Aérea, Ángel Soret, esta norma ya estaba vigente en España en aquel momento.

Cuchillas en los zapatos

Durante los años 2001 y 2003 la administración de Seguridad en el Transporte informó de que había requisado más de 4.800.000 objetos prohibidos a bordo del avión. Entre los objetos más comunes se encontraban: las pistolas, cuchillos, objetos inflamables o cuchillas de afeitar escondidas en deportivas. "Una de las principales diferencias de las listas vigentes antes y después del 11-S, es que las anteriores eran muy genéricas. Después se establecen listados que describen los artículos de forma detallada", explicó Ángel Soret.

Sin embargo, el 11-S no aportó grandes cambios en la configuración física de los aviones. Una de las pocas medidas con respecto a esto, pensada para evitar que un pasajero tomase el control del avión fue: acorazar a prueba de balas e incluir cierres con código las cabinas, además de prohibir que los pasajeros entraran en la cabina del piloto. También se instalaron cámaras de circuito cerrado de televisión.

Más control en los aeropuertos

El 11-S también provocó que se obligara a realizar más controles previos, por lo que los pasajeros tenían que llegar al aeropuerto dos horas antes de coger el avión. Según un estudio, las exhaustivas medidas de seguridad hicieron que el sector aéreo tuviera pérdidas de 1.100 millones de dólares en los siguientes cinco años.

Otra de las cosas que se endureció a la hora de viajar entre países fue la obtención de visado y pasaportes, ya que se les empezó incorporar: fotografías digitales y las huellas dactilares de los pasajeros. Por su parte, los ciudadanos de EE.UU. tuvieron que llevarlo con ellos cada vez que retornaran de países donde en ese momento no era obligatorio como: Canadá, México y algunos países del Caribe.

Obligación de descalzarse

La norma de quitarse los zapatos en los controles no surgió inmediatamente después del atentado contra los edificios del World Trade Center, sino a raíz del incidente en un vuelo trasatlántico en diciembre de 2001. Cuando se descubrió que un islamista británico, que decía ser miembro de Al Qaeda, llevaba explosivos en sus botas de montaña.

En cambio, la prohibición de llevar grandes cantidades de líquidos se incluyó en 2006. Cuando 24 terroristas intentan hacer explotar varios aviones en Reino Unido con las llamadas bombas líquidas.  Ese mismo año, también se hizo obligatorio tener que quitarse las chaquetas y abrigos, además, de sacar los aparatos electrónicos fuera de su funda.

Por último, se intensificaron las inspecciones de la carga comercial, que incrementaron con el aumento de las compras online. Desde ese momento, todos los paquetes son inspeccionados.