Paga 81 euros por un cuadro que podría valer 17.000
El comprador adquirió la obra en una tienda de segunda mano y posteriormente descubrió que se trataba de una rara y valiosa pieza original de Gerritjen Wijmer.
Un cliente de una tienda de segunda mano se ha encontrado con una sorpresa con la que no contaba cuando decidió adquirir uno de los productos que estaban a la venta en el local. Y es que el valor real del artículo que compró en este establecimiento supera por mucho al precio que tenía fijado y que este ciudadano pagó por él.
Se trata de un cuadro de un importante artista que se creía que era una copia impresa. El suceso ha tenido lugar en la Columbia Británica, provincia de Canadá, y ha saltado a los medios locales tras conocerse la relevancia de la obra gracias al comprador, Stephen Burgess.
Este individuo pagó 96 dólares (unos 81 euros) después de que le llamase especialmente la atención el marco dorado y ornamentado que acompañaba a la pieza, elemento que pensaba reutilizar. Posteriormente, y tras investigar por Internet, descubrió que el cuadro podría alcanzar un valor de más de 20.000 dólares (unos 17.000 euros).
El motivo de la confusión se encontraba en que la firma del autor, el artista holandés Gerritjen Wijmer (1870), estaba escrita de manera incorrecta. Concretamente con el nombre ‘A. Wilmer’. Así lo confirmó el propio Stephen Burgess, quien en una búsqueda en Google se encontró con que se producían copias empresas en serie de la obra de este pintor, lo que llevó a pensar en un primer momento que su adquisición era otra de ellas.
Sin embargo, tras observar con detenimiento la pieza que había comprado halló en su reverso un sello de Múnich (Alemania) y varias pinceladas de óleo en el borde del cuadro bajo el marco, indicios que señalaban que se trataba de un original y que su valor era muy superior al precio que había pagado en la tienda de segunda mano.
El medio ‘Comox Valley Record’ explica que Burguess se encuentra trabajando en la tarea de contactar con un tasador cualificado para que evalúe la pieza y confirmar definitivamente el valor que podría tener en el mercado de las obras de arte. Su objetivo es proceder posteriormente a subastarla y donar el dinero recaudado a un centro de medicina paliativa.