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Corinna Larsen detalla el calvario que vivió tras su ruptura con Juan Carlos I

La empresaria alemana pide una indemnización por los gastos que tuvo que hacer frente para pagar las terapias de salud mental y la seguridad de su familia.

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Corinna Larsen detalla el calvario que vivió tras su ruptura con Juan Carlos I
EFE

 El Alto Tribunal de Justicia británico (High Court of Justice) publicó la semana pasada una demanda civil de 29 páginas interpuesta por los abogados de Corinna Larsen contra Juan Carlos I por un supuesto delito de acoso. Además de impedir al rey comunicarse con ella, seguirla, difamarla o acercarse a una distancia inferior a los 150 metros, Larsen reclama una indemnización por todos los costes que ha tenido que asumir para librarse de este acoso, según informa Europa Press.

En primer lugar, Larsen apunta que el rey emérito le ha generado “pérdidas y daños económicos” por todo lo que ha tenido que pagar para su “tratamiento médico por su ansiedad y angustia”, así como para la “instalación de medidas de seguridad personal y servicios diarios de protección” para su familia y la contratación de “exdiplomáticos y exfuncionarios del Gobierno” para que interviniesen con el fin de “poner fin” a la situación.

Por otra parte, la empresaria alemana argumenta que también tuvo que asumir para contratar a su personal de relaciones públicas y comunicación, cuyo cometido era “mitigar los daños causados” a su reputación, pues las difamaciones del monarca le han hecho perder “varios amigos personales cercanos y socios comerciales”. No ha precisado la cantidad que quiere exigir, sino que espera recibir los intereses correspondientes de conformidad con la ley por el importe y el periodo que el tribunal considere oportuno.

Amenazas constantes

Larsen asegura en la demanda que “ha sufrido gran angustia, ansiedad, privaciones de sueño y preocupación por su propia seguridad física y la de sus hijos”. Además, insiste en que “ha sido objeto de una continua amenaza de daño físico, intrusión y vigilancia” por parte del monarca, quien llegó a decirle que las consecuencias “no serían buenas” para ella si no obedecía a todo lo que le dijeran.

También denuncia amenazas por parte de Félix Sanz Roldán, exdirector del CNI, quien en una reunión en Londres en 2012 le indicó que no podía garantizar su seguridad física ni la de su hijo. Durante un juicio celebrado en enero en el Juzgado de lo Penal Número 8 de Madrid contra el ex agente de la Policía José Manuel Villarejo por presuntos delitos de calumnias y denuncia falsa, Sanz Roldán negó de forma rotunda que amenazara a Larsen y a su hijo, si bien rechazó revelar información sobre dicho encuentro.

Juan Carlos I le pidió matrimonio varias veces

La demanda detalla también cómo fue su “relación romántica”, que comenzó en 2004, cuando Larsen se había separado de su segundo marido y estaba gestionando su divorcio, y acabó en 2009 al descubrir la empresaria que “su relación no era la única en lo que al demandado (Juan Carlos I) concierne”. A lo largo de estos años, el rey emérito le pidió matrimonio varias veces, según sostiene Vozpópuli, que ha tenido acceso al documento.

La primera vez fue en enero de 2009. En 2012, el monarca le insistió en retomar la relación “e, incluso, le propuso matrimonio en varias ocasiones con posterioridad, si bien la demandante declinó”. En ese momento, comenzó la presión: “La llamaba a diario, a menudo muchas veces al día, y esperaba que ella se pusiera a su disposición cuando se lo pedía. Si ella no contestaba a sus llamadas, él pedía a amigos en común que la llamasen y le instasen a devolver las llamadas”.

La última vez que le pidió matrimonio fue en mayo 2014, un mes antes de abdicar. Incluso le mostró planos del palacio que estaba dispuesto a reformar para ellos. Sin embargo, Corinna “declinó la proposición una vez más porque el demandado estaba casado con la reina Sofía y se relacionaba con otras mujeres”. A partir de aquí, la situación empeoró, ya que la actitud y los modales del rey emérito se volvieron “cada vez más amenazantes”. Entre otras acciones, exigió a Larsen que devolviera los 100 millones que le había donado en 2012 y, ante la negativa de esta, la difamó al afirmar que ella le había “robado”.