Cada vez más multimillonarios compran terrenos en las islas Baleares, desde Richard Branson, el magnate que viajó recientemente al espacio, hasta jeques y deportistas de élite. Lejos de estancarse, este fenómeno no ha hecho más que incrementar durante los meses de pandemia. Por ello, las inmobiliarias de Mallorca van camino de cerrar un año de récord en la venta de fincas de lujo.

Según ha informado el diario El Mundo, dos personas en particular han aprovechado los últimos meses para comprar terrenos por toda la costa de Mallorca. Se trata de los hermanos David y Simon Reuben, de origen indio, cuya fortuna de 21.300 millones de libras los coloca en la segunda posición en la lista de los más ricos de Reino Unido.

Estos dos hermanos se han hecho con más de 18 kilómetros de costa virgen en Mallorca, como la Cala Figuera o Coves Blanques, al norte de la isla, un total de unas 1.330 hectáreas por valor de más de 20 millones de euros. Todos estos terrenos están considerados áreas naturales de especial interés, la máxima protección urbanística, lo que significa que no se puede construir sobre ellos. Por esta razón, algunos se preguntan el porqué de estas compras.

La inmobiliaria Global Quilarquia S. L., vendedora de estas fincas, aseguró a El Mundo que el plan para estos terrenos es preservarlos como área natural. Sin embargo, existen otros motivos relacionados, sobre todo, con el cambio que ha supuesto la pandemia.

Los efectos de la pandemia

La pandemia ha convencido a las grandes fortunas de la necesidad de contar con un refugio donde aislarse. Además, ha demostrado la importancia de disfrutar de la vida. Por encima de todo, el teletrabajo ha permitido a muchos empresarios dirigir sus negocios de forma remota, por lo que muchos centroeuropeos eligen vivir en un lugar soleado durante todo el año.

Sin embargo, el principal motivo es el económico. La escasa rentabilidad que ofrecen ahora mismo los bancos ha incentivado la inversión en el sector inmobiliario. Los compradores de estos terrenos saben que estos activos no perderán valor. De hecho, es probable que el espacio sea un lujo cada vez mayor.