Australia se enfrenta a una plaga de ratones
Una plaga incontrolable de ratones está afectando a muchos campos de cultivo en ciudades de Nueva Gales del Sur y Queensland.
Australia está viviendo una de las peores plagas de ratones de su historia, que está arrasando con cultivos en estados como Queensland o Nueva Gales. Además, esta plaga se ha desatados en una zona que ha sufrido incendios, sequías e inundaciones de manera consecutiva en los últimos años.
Los ratones aparecen en casas, hospitales y dependencias públicas, pero la peor parte se la están llevando los agricultores. Los pequeños roedores no sólo arrasan con los campos de cultivo, sino que también contaminan los lugares donde se almacenan los alimentos para los animales. Además, se está viviendo también un aumento de la leptospirosis, una enfermedad infecciosa que se transmite con agua contaminada por la orina de los animales infectados.
Estas plagas de ratones no son nada nuevo en esta zona. Los roedores suelen aparecer una temporada, pero pronto se desvanece su presencia con la llegada de los meses fríos. Sin embargo, este año está siendo especialmente alarmante puesto que estos animales se han mantenido en el tiempo. Incluso algunos expertos dicen que la plaga podría llegar a Sydney en las próximas semanas cuando los ratones comiencen a llegar en las cargas de los camiones.
El gobierno de Nueva Gales busca soluciones
El gobierno de Nueva Gales del Sur anunció este jueves un paquete de 32 millones de euros para mitigar la crisis. El dinero se destinará a proveer de veneno y tratamiento para las cosechas a los damnificados por la plaga. Además, el gobierno está acelerando el proceso para que se acepte el uso de un potente raticida que ayude a combatir el problema.
Los ratones no están afectando sólo a los cultivos, también la maquinaria y el mobiliario agrícola se ven damnificados por la presencia de los roedores. Distintos agricultores han perdido tractores y otras máquinas ya que los ratones muerden los cables. Además, los roedores están trayendo enfermedades y muchos agricultores han decidido no cultivar sus tierras por miedo a perder la cosecha, lo que convierte a esta plaga en un gran problema en esta zona de Australia.