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Un jubilado coloca un banco en la calle para que su mujer enferma descanse

La negativa del consistorio gallego a poner un banco cerca de su casa llevó a Manuel, de 82 años, a construir él mismo un rudimentario banco de madera.

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Un jubilado coloca un banco en la calle para que su mujer enferma descanse

Un vecino de A Estrada (Pontevedra) ha construido un banco de madera y lo ha colocado en la calle para que su mujer, que sufre de dolor de huesos, pueda descansar cuando salen a pasear juntos, según informa NIUS.

A sus 82 años, Manuel Souto decidió no rendirse ante la negativa del ayuntamiento  a su petición "hace más de un año", según explica al medio, de colocar un banco en las proximidades de su casa y decidió utilizar su experiencia como tornero y carpintero para construir un banco rudimentario y colocarlo en la calle.

Su mujer de 79 años sufre de artrosis y cada día le cuesta más salir a caminar. Ahora lo hace con un bastón y con ayuda de su marido, con el que da una vuelta a la manzana alrededor de su casa. “Caminamos 900 metros. Pero ahora se cansa mucho y el problema es que no hay donde sentarse en dos kilómetros a la redonda”, cuenta.

Ha causado furor

El banco ha sido un éxito. Primero, con su mujer, a la que Manuel sorprendió colocándolo de noche. Cuando salió a la calle al día siguiente, ella lo descubrió. “Cuando lo vio, le encantó. Me dio un abrazo y un beso”, asegura.

Pero su mujer no ha sido la única en disfrutar del banco. Según cuenta Manuel “no está ni una hora libre” y los vecinos de la zona lo están ocupando constantemente. No fue el único en pedirlo, hace dos años también lo hizo otro vecino, con escaso éxito.

"Entendemos que hay muchas cosas urgentes, pero ya no podíamos esperar más", asegura Manuel, quien espera ahora que el alcalde siga su estela: "A ver si ahora viendo esto el alcalde se anima y pone más".

En declaraciones a Antena 3, un vecino cuenta que se lo pidieron "medio de broma y cuando nos dimos cuenta ya estaba aquí". A esta cadena, Manuel relata que lo hizo "para los mayores, como  un bien para todos y también para mí".

¿Contra la normativa?

“A lo mejor voy a la cárcel por ponerlo ahí”, bromea Manuel, que se encontró con el problema de dónde ponerlo cuando lo tuvo terminado. Gracias a su experiencia y al equipamiento que disponía tardó menos de una hora en hacerlo cuando consiguió los palés de madera.

El dueño de un establecimiento del barrio accedió a que Manuel colocase el banco frente a su entrada y ahora se encuentra a 100 metros de su casa. Varios vecinos han pedido a Manuel que haga más bancos, pero él lo ha rechazado: “Hice este única y exclusivamente para mi mujer”.