Parece mentira que ya haya pasado un año desde que España entera se paralizó ante la llegada de un nuevo virus desconocido. La COVID-19 cambió por completo nuestras vidas, dejándonos encerrados en casa durante prácticamente dos meses y teniéndonos que adaptar a las nuevas medidas sanitarias con las que convivir. Desde hace un año tomar algo en una terraza, salir a pasear e, incluso, hacer la compra, ya no es lo mismo. El pasado 13 de marzo de 2019 la vida que conocíamos se pausaba, aunque con la esperanza de regresar más fuerte que nunca.

Lo cierto es que no sabemos cuándo y cómo será. Mucho se ha advertido ya de que el proceso será largo y que, durante el camino, tendremos -y hemos tenido- que aprender mucho para convivir con un coronavirus que, seguro, se quedará entre nosotros. Desde el pasado diciembre, la luz de la ‘antigua normalidad’ está cada vez más cerca gracias a las vacunas y la gran vacunación masiva en la que España ya trabaja con la llegaba de miles de dosis. ¿El objetivo?: un 70% de la población inmunizada a las puertas del verano. Una fecha que, hace un año, suponía el fin del estado de alarma en nuestro país, con un período estival algo más “normal”.

14 de marzo de 2020, el día en el que el mundo se paralizó

Con 4200 casos positivos y 120 fallecidos, el pasado 13 de marzo de 2020, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, anunciaba el estado de alarma en el país. Un anuncio que pilló por sorpresa a muchos, que no se habían dado cuenta de la gravedad de la COVID-19. Ese mismo día, el presidente anunciaba una cuarentena obligatoria en todo el país a partir del día siguiente, salvo para salir a hacer compras de primera necesidad, pasear a los perros cerca del domicilio o salir a trabajar en sectores esenciales. España se paralizaba, las calles se quedaban de silencio y los balcones se llenaban de aplausos a los sanitarios.

Desde el pasado sábado, 14 de marzo del fatídico 2020, el estado de alarma cayó desde la medianoche en todo el territorio nacional, por segunda vez en toda la historia del país, aunque estaba vez sería para, al menos, 15 días. Pero lo cierto es que se quedó corto este plazo. El Consejo de Ministros fue ampliando de dos en dos semanas, hasta que el estado de alarma se levantó el 21 de junio de 2020, poniendo fin a una desescalada que comenzaba a finales de abril, con las primeras salidas de los menores de 14 años a la calle. El resto de la población comenzó a salir poco a poco, cumpliendo horarios, a partir del 2 de mayo.

21 de junio, un paso más a hacia la normalidad

Los paseos fueron los primeros pasos hacia una vida algo más normal. Las comunidades autónomas fueron avanzando, a ritmos diferentes, en las desescaladas. Algunas llegaron antes a la meta de ‘la nueva normalidad’, pero lo cierto es que todo el país se situaba en la misma posición a partir del 21 de junio, cuando Pedro Sánchez anunciaba el fin del estado de alarma de cara a la época estival. ¿Qué supuso esto? Pues bien, una libre circulación por todo el territorio nacional, con lo que muchos pudieron disfrutar de unas vacaciones casi normales, si no fuera por los aforos limitados o la obligación de llevar una mascarilla.

Segundo estado de alarma en un año

Pese a haber disfrutado de un verano mucho más normal de lo que nos hubiéramos imagino en marzo, las consecuencias no tardarían en llegar. La entrada del otoño en España y la bajada de las temperaturas supone la llegada de la segunda ola de coronavirus. Un repunte de casos que, el 25 de octubre de 2020, obligó al Gobierno a tomar cartas en el asunto y declarar, por tercera vez en la historia y segundo en el mismo año, un estado de alarma a nivel nacional.

La intención era imponer nuevas medidas para acabar con el aumento de contagios como, por ejemplo, el toque de queda en todo el territorio. Con ello, la movilidad nocturna quedaba reducida entre las 23.00h y las 06.00h de la mañana, aunque las comunidades tenían la opción de adelantarla o atrasarla una hora, en función de su situación. También se limitó de nuevo la movilidad entre comunidades, la permanencia de personas en lugares de culto o el máximo de seis personas en espacios públicos y privados, salvo en caso de convivientes.

Un Real Decreto 926/2020 que finalizó el 9 de noviembre de 2020 a la medianoche, aunque, en ese mismo momento, comenzó una nueva prórroga del mismo estado de alarma. Esta vez con una duración de seis meses, hasta el próximo 9 de mayo de 2021 a la medianoche cuando, esperemos, la normalidad se pueda volver a instaurar en nuestro país.