El estudio 'Tendencias en beneficios sociales', presentado por la plataforma de retribución flexible Cobee, ha desvelado cuál sería el sueldo perfecto para los trabajadores. Un 66,52% de los encuestados aceptaría una retribución menor si a cambio reciben un paquete de beneficios sociales, aunque siempre que se parta de un salario ya elevado.

La remuneración preferida se situaría en 50.000 euros anuales (en lugar de 52.000) si a ella se le unieran unas contraprestaciones valoradas en 1.607 euros. En el lote que se ha cogido como referencia, se incluye el abono del gimnasio, dos entradas de cine al mes, un seguro de salud, una suscripción anual a Netflix y una aportación de 10 euros mensuales a una asociación a elegir.

Borja Aranguren, director ejecutivo de Cobee, explicó que "la percepción de cada euro invertido en beneficios sociales es más alta que cuando se invierte en salario, con lo que para la empresa es significativamente más barato". Aunque admitió que en caso contrario probablemente nadie elegiría un sueldo menor.

No se ofrece lo que se necesita

En ese sentido, el estudio señala que el 57,1% de los empleados reconoce la relevancia de este tipo de políticas, pero que actualmente no se ofrece lo que realmente se necesita. Por ello, explica el análisis que la posibilidad de adaptación a cada empleado y de que cada uno elija la combinación deseada pasa por ser la mejor solución.

Después de la pandemia, ha disminuido notablemente el interés por los beneficios relacionados con el transporte público (56,22%), mientras que se han incrementado todos aquellos vinculados con la salud y el bienestar (72,84%), la formación y el aprendizaje (53,45%) y el entretenimiento (40,17%).

Lo más solicitado

Pero lo más demandado por los trabajadores es el seguro de salud (62,10%), seguido por la restauración (61,19%) y la formación (55,25%). Le siguen de cerca el abono del gimnasio (48%) y la suscripción a plataformas de entretenimiento (41%).

Otro de los aspectos que suscita mayor interés es el de los planes de empresa. Ante el cambio en la fiscalidad de los planes de pensiones, el 63% de los trabajadores analizados estaría dispuesto a destinar 200 euros mensuales si su empresa duplicara esa cantidad mediante un plan de aportaciones compartido.