CORONAVIRUS

Restricciones Semana Santa: las razones por las que Madrid se niega al cierre perimetral

El viceconsejero de Salud Pública, Antonio Zapatero, alega que esta medida provoca una mayor movilidad interna y aumenta el riesgo de contagios.

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Restricciones Semana Santa: las razones por las que Madrid se niega al cierre perimetral
EFE

La Comunidad de Madrid votó el pasado jueves en contra del plan acordado para Semana Santa en la Comisión de Salud Pública al oponerse a las principales medidas, como el cierre perimetral de las autonomías, el toque de queda de 22:00 a 6:00 horas y el cierre de la hostelería a las 23:00 horas. Otra de las restricciones aprobadas, que tendrán que ser ratificadas el próximo miércoles por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, fue limitar las reuniones en espacios públicos o privados a un máximo de cuatro personas.

El cierre perimetral aumenta los contagios

El viceconsejero de Salud Pública y coordinador del plan COVID en Madrid, Antonio Zapatero, explicó al día siguiente el motivo de esa decisión: “Creemos en nuestras medidas, por eso Madrid votó en contra del cierre perimetral, nos opusimos al toque de queda a las 22:00 horas y a reducir a cuatro las reuniones, porque la mayoría de casos se ha dado en domicilios”.

Zapatero argumentó que, si se impide “que la gente se mueva fuera, se mueve dentro, y si se acota el espacio del toque de queda, se dan grandes acumulaciones en el tramo horario. Nos basamos en experiencia previa y en situación demográfica”. Concretamente, “la experiencia de Madrid con los cierres perimetrales es que la movilidad de siete millones de personas en una única provincia genera excesivo contacto social” y aumenta los contagios. “Con el cierre perimetral, en Madrid los casos subieron. Vista la experiencia no nos parece que sea una medida que ayude a controlar la pandemia”, añadió.

Por otra parte, el viceconsejero manifestó que “es incongruente que cuando comunidades autónomas con incidencia de mil pedían al Ministerio que tomara el liderazgo, eso no se hizo. Pero ahora, que la situación es mejor, se quieren medidas consensuadas. Es un sinsentido”. También la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se mostró crítica con las dispares decisiones tomadas por el Ejecutivo central. “No puede ser que el mismo Gobierno que convocó elecciones en Cataluña con peores datos, ahora cierre así España estando mucho mejor”, escribió en su cuenta de Twitter.

La incidencia está bajando

Ayuso también rechazó públicamente el cierre perimetral y cualquiera de las medidas aprobadas en la Comisión Pública porque no puede “pedir a los madrileños que se arruinen” si le “obligan” a llegar a un consenso al respecto en el Consejo Interterritorial. “El consenso no es imponer. Yo creo que lo que hemos decidido en Madrid hasta aquí ha funcionado bien. Evidentemente sigue el virus, y tendremos que seguir aplicando todas las medidas sanitarias necesarias, pero no vamos a arruinar a la gente gratuitamente por el ‘por si’, por el ‘a ver si me van a decir’”, aseguró el pasado viernes durante un acto en Torrejón de Ardoz. “Si el virus cambia en estos días, como hemos dicho semanas atrás, cambiaremos la estrategia, pero la nuestra es esa y yo pido que sean sensibles a la economía madrileña”, reiteró este domingo.

Para respaldar su postura, destacó que “la incidencia acumulada de Madrid no se puede comparar con otras comunidades”, porque “Madrid tiene una densidad de población específica”, por lo que “se tiene que comparar consigo misma” y “seguir ahondando en las políticas que han funcionado”. “Yo no voy a cerrar por el momento, porque nuestra incidencia acumulada va bajando día a día, tenemos unos resultados cada vez mejores, y como no podemos relajarnos, porque evidentemente el virus sigue aquí, nuestros toques de queda siguen en las mismas horas, lo que permite que podamos ir moviendo poco a poco la economía”, sentenció.

Cabe recordar que el toque de queda en la región madrileña está fijado entre las 23:00 y las 6:00 horas. Por su parte, la hostelería debe cerrar a las 23:00 horas, aunque no puede aceptar clientes más allá de las diez, y debe haber un máximo de cuatro comensales en las mesas del interior y seis en las terrazas.