Al menos 16 muertos y medio centenar de heridos en un ataque terrorista en Yemen. Ha ocurrido este miércoles por la mañana, en el aeropuerto de la ciudad de Adén, al sur de Yemen, después de que aterrizara un avión en el que viajaban varios miembros del nuevo Gobierno del país, el cual se ha reconocido internacionalmente. En este ataque, los miembros han resultado ilesos, aunque sí hay víctimas indeterminadas, según informa la cadena de televisión Al Arabiya y fuentes médicas en el lugar de los hechos.

Por el momento, se han notificado medio centenar de heridos y, al menos, 16 de víctimas mortales, tal y como ha informado el vicedirector de la oficina del Ministerio de Salud en Aden, Muhammad Rubaid, a la televisión estatal yemení. El ataque se ha perpetrado con explosivos y proyectiles de mortero y todavía no han reivindicado la autoría de los hechos. De hecho, fuentes informan de que se trataron de tres explosiones en el momento en el que el avión aterrizó. Entonces, los responsables comenzaron a salir del aeropuerto.

Conflictos en Yemen

El portavoz del Gobierno yemení, Rajé Badi, informa de que todos los miembros del Ejecutivo han resultado ilesos ya que todavía se encontraban en el interior del avión cuando se ha producido la explosión. Además, habla de este ataque terrorista como “un acto cobarde y traicionero”.

"Los miembros del Gobierno estamos en la capital temporal de Adén y todo el mundo está bien. Este cobarde ataque terrorista contra el aeropuerto de Adén es parte de la guerra lanzada contra el Estado yemení”, comentaba el primer ministro de Yemen, Abdulmalek Main, quien además ha recalcado a través de sus redes sociales que “continuarán su trabajo hasta el fin del golpe de los huthis y la restauración del país”.

El ataque terrorista en el aeropuerto ha tenido lugar días después de que el nuevo Gobierno del país jurara su cargo durante una ceremonia en Arabia Saudí en la que estuvo presente Hadi, el pasado 18 de diciembre. El Ejecutivo cuenta con integrantes del movimiento separatista suryemení. Estos dos bandos, que se disputaban el poder en el sur del país, son aliados desde hace seis años contra los rebeldes hutíes, apoyados por Irán, que se apoderaron de gran parte del norte de Yemen, incluyendo la capital Saná.