El uso de los test de antígenos se extiende cada vez más por España para ayudar a la detección precoz de la COVID-19. Su eficacia para detectar el virus en nuestro organismo es superior al 95%, aunque solo en determinadas situaciones: cuando el contagiado tiene una gran carga viral, si se realiza entre tres o diez días después de la infección por coronavirus, que es cuando la persona más contagia, o cuando el paciente presenta síntomas.

Sin embargo, desde la Asociación Nacional Empresarial de Laboratorio Clínico (ANLAC) advierten que son “poco fiables para detectar casos que se encuentran en los primeros días de la infección (justo antes del periodo de mayor capacidad de contagio), cuando han transcurrido más de cinco días tras el inicio de los síntomas y, sobre todo, en aquellos con un curso asintomático de la enfermedad”. En estas situaciones sería más conveniente realizar una PCR.

¿Cómo se realiza la prueba?

Para realizar un test de antígeno, hay que coger una muestra de la mucosa de la nariz del paciente utilizando un hisopo (un palo fino con una pequeña bola de algodón en la punta), y colocarla en una pieza de cartón del tamaño de una tarjeta de crédito que contiene un reactivo. Pasados 12-15 minutos, se pueden leer los resultados directamente en el cartón. Una línea de color indicará que el resultado es negativo, mientras que si salen dos líneas significa que hemos dado positivo.

¿Cuánto cuestan y dónde se puede comprar?

Una de las principales ventajas de esta prueba, además de su sencillez, es su bajo precio, que suele rondar los 4,5 euros, en contraste a los más de 100 euros que puede llegar a costar realizarse una PCR.

Hasta ahora, había que ir a un ambulatorio a hacérselo. Sin embargo, está previsto que puedan realizarse también en las farmacias. Recientemente, el ministerio de Sanidad se mostró dispuesto a aceptar esta estrategia a petición de la Comunidad de Madrid, aunque antes el Gobierno regional deberá enviar una propuesta con un detallado plan sobre cómo se llevará a cabo el proceso.