“Se lo suplico. Lleven mascarilla. Háganlo por ustedes, por sus vecinos”, pidió Joe Biden a los estadounidenses en su primer discurso tras declarar su victoria electoral. El presidente electo, quien no tomará posesión hasta el 20 de enero de 2021, advirtió de que el país se enfrentará a “un invierno muy oscuro” y que usar esta protección es “la forma más efectiva ahora mismo de atacar al virus”, así como “la forma más rápida que tenemos de recuperar la normalidad”.

Durante meses, el uso de la mascarilla en Estados Unidos se han convertido en una batalla política, ya que Donald Trump se negó a utilizarla durante meses, llevándola en tan solo un par de ocasiones, aunque en una ocasión manifestó que llevarla era una acción “patriótica”. Asimismo, numerosos cargos de la Casa Blanca tampoco han respetado esta medida, ni la distancia de seguridad recomendada por las autoridades, durante los multitudinarios mítines que ha ofrecido Trump durante su campaña. Ahora, Biden, que sí cumplió, aparentemente, las medidas sanitarias, afirmó que llevar mascarilla “no es un acto político, es una forma de recuperar nuestro país”. “No importa a quién hayas votado, cuál sea tu partido o tus opiniones, podemos salvar miles de vidas si te la pones”, añadió.

Nuevo comité de expertos

Estados Unidos, el país del mundo más golpeado por la pandemia, superó este lunes la cifra de 10 millones de contagios por COVID-19 y más de 244.000 personas han fallecido por la enfermedad, según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins. Además, Biden ha vaticinado que el país podría “perder más de 200.000 vidas en los próximos meses” hasta que las vacunas contra el virus empiecen a distribuirse de forma generalizada.

Ante esta situación, el mandatario anunció que su primera medida será crear un nuevo comité de expertos para controlar la pandemia. Se trata de un grupo de trabajo que estará compuesto por 13 expertos médicos, entre los que se encuentran el exdirector de la Administración de Fármacos y Alimentos David Kessler, la profesora de la Universidad de Yale Marcella Nunez-Smith y Zeke Emanuel, exasesor de la Administración del presidente Barack Obama (2009-2017). Con este equipo de expertos, Joe Biden afirma que pretende acabar con el descontrol de la era Trump con un método “cimentado en la ciencia”.

El presidente electo también desveló que su plan incluye garantizar el acceso gratuito a las pruebas de la enfermedad, solucionar los problemas con los equipos de protección individual (EPI), así como proporcionar recomendaciones claras, coherentes y basadas en pruebas sobre cómo se debe afrontar la pandemia. Especialmente relevante es para el equipo de Biden hacer que los recursos lleguen a los colegios, a los pequeños negocios y las familias.

Prudente con la vacuna

Biden ofreció su discurso justo después de que la farmacéutica Pfizer anunciara que su vacuna tenía un 90% de eficacia, por encima de lo requerido por los reguladores estadounidenses, lo que permite augurar una rápida autorización de emergencia para su puesta a disposición del público. “Son grandes noticias”, afirmaba al respecto. Sin embargo, quiso ser cauto porque “incluso si es aprobada, tardaría meses en estar disponible de forma masiva” y avisó de que “el final de la batalla contra el virus todavía está a meses de lograrse”.

Por esta razón, “los estadounidenses tendrán que seguir basándose en la mascarilla, la distancia social, el rastreo de contactos, el lavado de manos y otras medidas para mantenerse a salvo hasta bien entrado el próximo año”, explicó.