El plan de Biden para combatir la pandemia del coronavirus
El presidente electo de Estados Unidos tiene decidido llevar a cabo una “fuerza de choque” basada en la ciencia para controlar los contagios.
Una de las muchas claves, probablemente, de estas elecciones de Estados Unidos ha sido la pandemia del coronavirus. El país va a superar los 10 millones de contagios, algo que ha ayudado a la victoria de un Joe Biden que, frente a la actitud de Donald Trump con respecto al virus, ya ha adelantado un plan de choque como una de sus primeras prioridades cuando llegue a la Casa Blanca. “Las decisiones serán tomadas por los responsables de sanidad pública, y no por los políticos”, ha afirmado.
Lo primero que va a hacer Biden en materia sanitaria es rodearse bien, y para ello va a crear un equipo de asesores formado por 12 científicos: “Mi propósito es restablecer la habilidad de los profesionales y los expertos, para que puedan comunicarse sin interferencias con el público”.
En todo momento, el nuevo presidente ha reiterado la importancia de batir al coronavirus para poder reconstruir el país. “Sin tener el virus bajo control no podremos recuperar nuestras economía ni seguir adelante con nuestras vidas”, ha explicado. Y por ello se va a desmarcar del descontrol de Trump para poner en marcha un plan “cimentado en la ciencia” y basado en “la compasión, la empatía, y la preocupación”.
Medidas adaptadas a cada estado
Estados Unidos acumula el 20% de los contagios mundiales, y también es el país con mayor número de fallecidos, 237.400. Y aunque Donald Trump ha acusado durante la campaña a Joe Biden de querer imponer un “confinamiento nacional”, la realidad es que el presidente electo ha reiterado en muchas ocasiones que no tomará una decisión tan drástica que implique de igual manera a todo el país.
Así, se centrará de manera más específica en cada estado, sin renunciar por supuesto a una estrategia nacional: “Voy a ir gobernador por gobernador y a exigir el uso obligatorio de mascarillas en sus estados, y si se niegan, iré a los alcaldes y a los responsables de los condados, y extenderé el requisito por toda la nación”. Estas declaraciones se fundamentan también en que la mascarilla a día de hoy no es obligatoria en muchas ciudades estadounidenses y en que Trump dijo que usarla era solamente “políticamente correcto”.
Fortalecimiento del sistema sanitario
Además de restaurar la credibilidad de los científicos y apoyarse en ellos, y aparte también de apostar fuertemente por una vacunación masiva, el otro reto de Biden en esta materia es proporcionar a sus ciudadanos una sanidad eficiente y disponible para sus necesidades. Por ello, va a recuperar el defenestrado (por Trump) y conocido “Obamacare”, el sistema sanitario de su amigo y excompañero Barack Obama.
Se calcula que 14,6 millones de americanos habrían quedado desatendidos sin este plan y que más de la mitad de esa cantidad se habrían quedado sin cobertura médica con los despidos. Por lo tanto, para Biden es fundamental volver a este sistema de protección sanitaria.
Al mismo tiempo, mientras llega la vacuna, no escatimará esfuerzos en los rastreos. Los Centros para la Prevención y el Control de las Enfermedades (CDC) jugarán un papel fundamental para tener el control de los positivos, los ingresos y la realización de unos test que serán gratuitos: “Tenemos que invertir mucho más dinero en la realización de pruebas y el rastreo”.