Los animales salvajes que viven en Chernobyl
34 años después del peor accidente nuclear de la historia, animales salvajes han vuelto a repoblar una zona que quedó completamente deshabitada.
El accidente del reactor 4 de la central nuclear de Chernobyl en Ucrania el 26 de abril de 1986 liberó 400 veces más radiación que la bomba atómica lanzada a Hiroshima durante la Segunda Guerra Mundial. La zona fue evacuada (más de 350.000 personas) y las consecuencias fueron catastróficas, sin embargo, tres décadas después son muchos los vegetales y animales que poblan el lugar. Diversos investigadores han analizado la fauna que vive en la zona que, durante muchos años, se consideró inhabitable por 20.000 años.
En un artículo para The Conversation, el doctor en biología, Germán Orizaola, indicaba que en Chernobyl viven actualmente “osos, bisontes, lobos, linces, caballos de Przewalski, y unas 200 especies de aves, entre otros animales”. El biólogo se juntó a otros muchos investigadores que estudiaban la fauna en la zona en marzo del año pasado, para poner en común sus últimos trabajos.
El investigador mencionaba el proyecto TREE (de las siglas inglesas Transferencia, Exposición y Efectos), por el cual, se instalaron cámaras por la zona durante varios años. Estas cámaras “detectaron la presencia por primera vez de osos pardos y bisontes europeos (…) así como la expansión de las poblaciones de lobos y caballos de Przewalski”.
Efectos de la radiación
Aunque mencionaba la “ausencia general” de efectos negativos de la radiación, sí que menciona algunos de sus efectos en espécimen individuales: las ranas de la zona son más oscuras, “lo que podría protegerlas de la radiación”; algunos insectos sí que “parecen vivir menos” y algunas aves “también presentan daños en su sistema inmune, aumento de albinismo y alteraciones genéticas”.
Los motivos que encuentra Orizaola para que la fauna pueda mantenerse de manera general son, por un lado, la resistencia de los organismos vivos y, por otro, que “las especies podrían estar empezando a mostrar respuestas adaptativas que les permitieran vivir en zonas contaminadas sin sufrir efectos negativos”.
Además, la ausencia del ser humano podría ser un factor decisivo para favorecer la presencia de grandes mamíferos, lo que para el investigador “indicaría que la presión de las actividades humanas resultaría ser más negativa a medio plazo para la fauna que un accidente nuclear”, lo cual es “una visión bastante reveladora del impacto humano en el medio natural”.
Los caballos de Chernobyl
En otro artículo para la misma web, Orizaola analiza la presencia de los caballos de Przewalski en Chernobyl. Durante un tiempo se los creyó los únicos equinos salvajes del mundo, aunque investigaciones recientes apuntan a que son “formas asilvestradas descendientes de los primeros caballos domesticados por el pueblo Botai hace 5 500 años”. Estos llegaron en 1998, 13 años después del accidente, y, a pesar de la caza furtiva que hizo fluctuar su población, el número de animales ha ascendido de 18 a 150 en 22 años.
Para el biólogo, el caso de estos caballos “refleja una vez más que, en ausencia de humanos, Chernóbil se ha convertido en un refugio para la fauna salvaje”, lo que debería llevar a la reflexión “sobre el impacto de la presencia humana sobre los ecosistemas naturales”.
Grandes mamíferos
El investigador Serhiy Hashchak es otro investigador que trabaja en la zona de exclusión y en un reportaje para la BBC relata por qué a los grandes mamíferos, en especial a los ciervos y alces que viven ahí, les encanta el lugar. Destaca que “hay mucho espacio donde esconderse de los depredadores” y que “las condiciones para alimentarse son perfectas”.
También, menciona, han aparecido jabalíes, lobos y linces, estos últimos bastante tiempo después de que la gente abandonase el lugar por el accidente nuclear. También ha localizado especies invasivas como el perro mapache o mofetas. “No he visto mutantes ni animales con algún tipo de anomalía”, señala.