CORONAVIRUS

Qué es la mutagénesis letal y cómo podría ayudar a combatir la COVID-19

El exceso de mutaciones en los virus podría resultar en la incapacidad para seguir siendo contagiosos. "Es la estrategia antiviral más prometedora".

Qué es la mutagénesis letal y cómo podría ayudar a combatir la COVID-19
LISI NIESNER REUTERS

El desarrollo de una vacuna eficaz para combatir el coronavirus es una de las principales preocupaciones de la comunidad científica a nivel mundial. Son varias las que se encuentran en las fases finales del ensayo, pero otra cosa será cuándo se podrá suministrar a la población en caso de ser segura.

Por tanto, se trabajan en otras vías para intentar ponerle el freno a la pandemia. Además de investigar en medicamentos que puedan aliviar los síntomas o prevenir la infección, algunos científicos piensan en dar un paso más, usando de las principales armas del virus contra sí mismo: la mutación.

La respuesta podría llegar de algo conocido como mutagénesis letal, esto es, acelerar las mutaciones del virus haciendo que vaya cambiando hasta morir. Es algo que ya ha sido probado contra otros virus, pero por el momento se desconoce si será eficaz ante el SARS-CoV-2. "Cada vez hay evidencias más fuertes de que la mutagénesis letal es la estrategia antiviral más prometedora", asegura Armando arias, virólogo de la Universidad de Castilla-La Mancha, a BBC Mundo.

Este nuevo coronavirus contiene ácido ribonucleico (ARN) en su material genético, en lugar de ADN. Una similitud que tienen otros como el de la gripe o el ébola, que consisten en un mensaje escrito en ARN rodeado de proteínas.

Este mensaje está escrito en cuatro letras (a, g, c y u), que representan un compuesto químico o nucleótido. El orden de estos determina el mensaje que se transmite, que el caso del virus se trata de las instrucciones para que pueda replicarse o copiarse a sí mismo.

Mutaciones en los virus

En este proceso, los virus generan mutaciones o errores en la secuencia de letras. En el caso de estos virus, las mutaciones son más comunes que en los de ADN, según explica Arias. "Los virus ARN, al tener genomas más pequeños, pueden tolerar frecuencias de mutación mayores", mientras que "los virus ADN tienen tasas de mutación mucho menores. Al ser sus genomas tan grandes no pueden tolerar una mutación cada 10.000 nucleótidos. Se acumularían muchas mutaciones aleatorias en su solo genoma, que podrían inactivar alguna función vital para el virus", explica.

Como ya se ha mencionado previamente, una de las características de este tipo de virus es la de poder mutar. Sin embargo, esto es "una estrategia de riesgo-beneficio", asegura Arias. "Para escapar al sistema inmune, para adaptarse al ambiente, lo que hacen es tener esa capacidad de cambiar mucho muy rápidamente".

Tal y como explica el virólogo, este proceso no es del todo bueno para el virus, pues "afecta la transmisión de información genética a la descendencia". Al variar de forma más rápida a lo habitual, están más cerca de la cantidad máxima de mutaciones que pueden tolerar. A este hecho se le conoce como umbral de error. Es, según Arias, "como si estuvieran andando en el borde de un precipicio". Con esto, lo que se intenta es "darles el empujoncito que les falta".

¿Qué es la mutagénesis letal?

Cada vez que hay un contagio, se generan miles de millones de partículas infecciosas. Según Arias, "en una población normal el 50% de estos virus no son viables (que no pueda transmitir información genética y, por tanto infectar). La idea de la mutagénesis es que si le hacemos mutar 10 veces más, en vez de un 50% será un 99,9%".

Uno de los primeros en investigar sobre este tema fue el doctor Esteban Domingo, hace ya tres décadas. Según Domingo, este exceso de mutaciones hace que las proteínas tengan tantos cambios que no funcionen.

Durante los últimos años, se han desarrollado varios fármacos que llevan a los virus a generar estos errores durante su replicación. Uno de ellos es el favipiravir, que engaña al virus para que tenga más errores. "Podríamos decir que es una letra camuflada. El virus la reconoce como letra y la incorpora, y tras ello, cuando la va a copiar, no sabe si es una a o una g. Tiene las características de dos letras, una letra híbrida que engaña al virus", afirma Domingo.