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CORONAVIRUS

Secuelas de la Covid-19 a largo plazo: cardiacas, neurológicas, psicológicas y pulmonares

Un estudio de dos universidades de Estados Unidos informan sobre las secuelas más frecuentes que pueden presentar los pacientes de coronavirus.

Secuelas de la Covid-19 a largo plazo: cardiacas, neurológicas, psicológicas y pulmonares
AFP

Casi siete meses han pasado desde el inicio de la pandemia de la COVID-19. Un virus totalmente nuevo, con el que seguimos aprendiendo a convivir. Con más de 30 millones de personas afectadas en todo el mundo y un millón de muertes, la COVID-19 todavía está lejos de erradicarse por completo. A la espera de una vacuna, ciertos estudios siguen analizando esta nueva enfermedad y, a pesar de que todavía es pronto, ya se conocen algunas de las secuelas.

Así aparece reflejado en el artículo de ‘JAMA’, desarrollado por Carlos Del Río, Lauren F. Collins y Preeti Malani, de la Universidad Emory (Georgia) y de la de Michigan. "Todavía es temprano en el seguimiento de la pandemia, es posible que un gran número de pacientes experimenten secuelas a largo plazo”, se informa, que ha sugerido el término “transportistas de larga distancia" para referirse a los infectados.

Problemas pulmonares

Un experto español indica que los síntomas más frecuentes se encuentran “la fatiga, el cansancio o el dolor de cabeza”. Sin embargo, la falta de aire también “es frecuente, pudiendo ser ocasionalmente grave, impidiendo realizar las actividades de la vida diaria e incluso necesitar tratamiento con oxígeno en domicilio”. Esto se puede dar debido “a un daño crónico con fibrosis en sus pulmones tras la infección viral y la inflamación subsiguiente”.

Algunos pacientes han necesitado de un trasplante de pulmón “ante el deterioro tan importante de la función pulmonar”. “La insuficiencia respiratoria puede ser debido también a otras complicaciones graves, como la formación de trombos”, añade el experto. Entre otros síntomas, pueden persistir “los dolores y debilidad musculares, mareo, palpitaciones, dolor de pecho, pérdida del olfato o del gusto, tos, febrícula, dolor de garganta, dispepsia y otras molestias abdominales, lesiones cutáneas, parestesias o problemas de memoria”.

Problemas cardiacos

Se ha visto en ciertos pacientes graves de coronavirus, junto con enfermedad tromboembólica. Entre las secuelas se encuentra la inflamación y miocarditis de miocardio, así como arritmias cardiacas después de la infección, es decir, una inflamación del tejido del corazón. Un estudio alemán con 100 pacientes reveló compromiso cardiaco en 78% e inflamación del miocardio en curso en 60%.

Problemas neurológicos

El SARS-CoV-2 puede penetrar el tejido cerebral a través de la viremia o, también, por invasión directa del nervio olfatorio, lo que produce anosmia. Entre los pacientes de coronavirus, los más persistentes son cefalea, vértigo y disfunción quimiosensorial (por ejemplo, anosmia y ageusia).

También se han informado casos de encefalitis, convulsiones y otras afecciones como cambios de humor importantes y 'niebla mental' hasta 2 a 3 meses después del inicio de la enfermedad.

Problemas psicológicos

Lejos de los problemas físicos, los psicológicos pueden ser incluso más persistentes a largo plazo. Aún no se ha determinado el alcance, pero expertos apuntan a trastornos psicológicos, como la ansiedad o el insomnio. Entre los síntomas, puede haber cambios de humor e irritabilidad. Algunos cuadros pueden llevar a una depresión más grave o al estrés postraumático.

Muchos de los pacientes de la COVID-19 presentan sentimientos de aislamiento y soledad. El estigma relacionado con el virus también se ha generalizado y puede dar como resultado una sensación de desesperanza.