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CORONAVIRUS

El óxido de nitrógeno, un posible tratamiento contra la COVID-19

Según un estudio de la Universidad sueca de Uppsala, el compuesto podría reducir la mortalidad y acortar las estancias en el hospital.

El óxido de nitrógeno, un posible tratamiento contra la COVID-19
Raúl MartínezEFE

La universidad de Uppsala en Suecia ha determinado en un estudio que el óxido de nitrógeno (NO) funciona para tratar la infección de COVID-19. Este compuesto, con propiedades antivirales que produce el propio cuerpo, ya fue utilizado eficazmente contra el coronavirus SARS del año 2003 reduciendo la inflamación de los pulmones de los pacientes.

Según informa Europa Press, el óxido de nitrógeno es un compuesto que actúa “como una hormona” en el control de varios órganos. Por ejemplo, regula el flujo de sangre tanto dentro de los órganos, como entre ellos y la tensión en los vasos sanguíneos. Cuando el paciente sufre de una insuficiencia pulmonar aguda, se puede administrar óxido nitrógeno como gas inhalado para aumentar el nivel de saturación de oxígeno en sangre.

Åke Lundkvist, profesor del Departamento de Bioquímica Médica y Micrología de la Universidad de Uppsala y líder del estudio, afirma: "Hasta donde sabemos, el óxido de nitrógeno es la única sustancia que hasta ahora ha demostrado tener un efecto directo sobre el SARS-CoV-2", según recoge Europa Press.

En 2003, durante la epidemia de coronavirus SARS, la terapia con óxido de nitrógeno fue probada con éxito. Principalmente, el NO conseguía que la inflamación de los pulmones de los pacientes disminuyese y esto, dado su carácter tanto antibacteriano como antiviral, es lo que interesa a los investigadores.

En esta ocasión, los investigadores de la Universidad de Uppsala y del Instituto Karolinska han investigado cómo reacciona al compuesto el nuevo coronavirus SARS-Cov-2. Los resultados demuestran cómo el SNAP (S-Nitroso-N-acetilpenicilamina, compuesto químico de donde se libera el óxido de nitrógeno) tiene también un efecto antiviral que, además, se hizo más fuerte a medida que se aumentaba la dosis.

“Hasta que consigamos una vacuna que funcione, nuestra esperanza es que la inhalación de NO podría ser una forma efectiva de tratamiento. La dosis y el momento de iniciar el tratamiento probablemente jueguen un papel importante en el resultado, y ahora hay que explorar lo antes posible", señala el investigador.