CORONAVIRUS

La teoría de la inmunidad de grupo, en duda por los nuevos casos en Manaos

La ciudad de Manaos redujo sus contagios y muertes por coronavirus durante el verano, pero en las últimas semanas se ha vuelto a dar un repunte de casos.

La teoría de la inmunidad de grupo, en duda por los nuevos casos en Manaos
MICHAEL DANTAS AFP

Brasil es el tercer país con más contagios por la pandemia del coronavirus y ya acumula 4,91 millones de contagiados y 146.352 muertos. En la zona del estado Amazonas, Manaos sufre una segunda ola poco después de que los expertos apuntasen a una inmunidad de grupo.

En los meses de abril y mayo, los primeros de la crisis sanitaria, la capital del Amazonas fue fuertemente azotada por la COVID-19 y sus hospitales y servicios funerarios estuvieron totalmente colapsados. Pero en los meses de verano, tanto los contagios como los fallecimientos comenzaron a descender, por lo que se llegó a pensar en la esperada inmunidad de grupo, es decir, que más de la mitad de la población ya había sufrido la infección.

Estudio serológico de Manaos

Un estudio serológico realizado por decenas de especialistas y publicado en medRxiv afirmó esta teoría hace unas semanas ya que, según los resultados, el 66% de la población de Manaos mostró anticuerpos frente a la enfermedad del coronavirus.

Pero días después de la publicación del informe por parte de los especialistas, saltaban de nuevo las alarmas en el Amazonas al detectar nuevos contagios que obligaron a establecer de nuevo medidas de restricción para frenar una nueva oleada.

Los últimos datos han echado para atrás la teoría de la inmunidad de grupo y elDiario.es ha hablado con varios expertos que explican el por qué de este retroceso en la ciudad de Manaos.

La inmunidad de grupo no se ha alcanzado

En primer lugar, elDiario.es explica que esta teoría realmente nunca se llegó a alcanzar en Manaos a través de las palabras de la viróloga e inmunóloga de la Universidad Complutense de Madrid Esperanza Gómez Lucía: “Dudo mucho que hayan alcanzado la inmunidad de grupo. Dudo mucho que ningún país, a falta de una vacuna, haya alcanzado esos niveles de seroprevalencia”, opina.

A la experta no le salen las cuentas y frente a la prepublicación del estudio, en la que estimaban una tasa de letalidad por infectado de entre el 0,17% y el 0,28%, Gómez Lucía advierte: “Ni siquiera me creo que tengan un 44 % porque tendrían que haber reportado una mortalidad muy superior para tener tantas personas protegidas”.

La inmunidad de grupo no es posible

En segundo lugar, elDiario.es informa de que esta inmunidad grupal no es posible porque hay anticuerpos que no son protectores frente a determinados tipos de virus: “Solo los que se unen a la proteína del virus que permite su entrada en la célula impiden que penetre en la misma, porque no deja sitio para que se acople el receptor”, afirma Gómez Lucía.

Frente a esta información, la viróloga cuenta que solo algunos anticuerpos son protectores, mientras que otros “se unirán a otros sitios que no tengan relevancia a la hora de bloquear la entrada en la célula”, explica la inmunóloga.

Hasta el momento, los expertos no han aclarado de cuánto tiempo es la inmunidad frente a la COVID-19, por lo que es imposible saber si una ciudad o población puede alcanzar esa ansiada inmunidad de grupo.

Las epidemias son rápidas y no paran

Por último, la publicación de elDiario.es cuenta cómo las pandemias se producen a una gran velocidad. Por este motivo, que deje de haber contagios en una determinada zona, no significa que la enfermedad se haya extinguido, porque el virus sigue estando presente en el resto del mundo. Algunos investigadores ya avisaron en el mes de mayo que la pandemia del coronavirus estaba fuera de control y que seguiría existiendo una vez conseguida la inmunidad de grupo.

Asimismo, Devi Sridhar, investigadora de la Universidad de Edimburgo, advirtió sobre los peligros de creer en una inmunidad de grupo: “Cuidado con las teorías de quienes ofrecen mentiras reconfortantes. Décadas y siglos después no tenemos inmunidad de grupo para el cólera, la fiebre amarilla, la polio, el sarampión, la tuberculosis, la malaria o la peste. Se han usado medidas de salud pública para controlar su difusión hasta que se han desarrollado vacunas o estrategias de eliminación”, explicó.