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CORONAVIRUS

Coronavirus: ¿qué es el confinamiento perimetral y en qué puntos de España se ha aplicado?

Esta medida, utilizada por numerosas comunidades, consiste en aislar una zona geográfica concreta impidiendo la entrada y salida de la misma.

Varios guardias civiles controlan las inmediaciones del pueblo de Alfaro (La Rioja) que ha sido confinado durante siete días prorrogables, una decisión que incluye la restricción de la movilidad por espacio de esos siete días y la suspensión de las actividades "que cuentan con mayor riesgo de contagio, especialmente las que se hacen en espacios cerrados". En Alfaro, La Rioja, (España), a 8 de septiembre de 2020.
 08 SEPTIEMBRE 2020;ALFARO;LA RIOJA;COVID19;CORONAVIRUS;CONFINADO
 Europa Press
 08/09/2020
Europa Press

Se habla de confinamiento perimetral cuando se impide salir o entrar de una zona geográfica concreta. De esta forma, se trata de aislar la capital o la región para evitar la movilidad a otras comunidades, salvo por razones estrictamente necesarias como acudir al lugar de trabajo. Es una medida que el Gobierno ha llevado a cabo en varias ocasiones después del confinamiento general para tratar de mejorar la situación epidemiológica de las zonas más afectadas.

Este confinamiento, no obstante, no es domiciliario, ni impide la movilidad por el municipio, aunque las autoridades sanitarias sí recomiendan limitar los desplazamientos durante el periodo que esté vigente.

Jumilla y Andorra, últimos municipios confinados

Más de 35 municipios españoles ya han retrocedido a alguna fase de la desescalada o se han visto aislados desde que acabó el estado de alarma. Todo comenzó en Cataluña, la primera comunidad que apostó por el confinamiento perimetral ante la aparición de numerosos focos graves de coronavirus. Nada más comenzar julio, la Generalitat tomó la decisión de limitar los movimientos de los vecinos de varias localidades de la comarca del Segrià, que sufría el brote más grande visto hasta ahora, con al menos 16 focos detectados y más de 3.000 personas contagiadas.

A ella le siguieron varias localidades de la comarca lucense de A Mariña, donde unas 70.000 personas quedaron confinadas durante diez días en plenas elecciones autonómicas. En julio, Castilla-La Mancha también confinó localidad albaceteña de Villamalea tras constatar transmisión comunitaria de COVID-19 en el municipio, con un total de 99 casos positivos. A finales de mes, se aisló el municipio murciano de Totana, que retrocedió a la fase 1.

En Extremadura, la Junta impuso a principios de agosto el "aislamiento social" en Villarta de los Montes (Badajoz), un pueblo de 430 habitantes, y confinó Alcántara (Cáceres) tras detectarse 43 positivos, según confirmaba el ayuntamiento de esta localidad. Por su parte, Castilla y León decretó el confinamiento de Aranda de Duero (Burgos) el pasado 21 de agosto y días después se hacía lo mismo en los municipios segovianos de Cantalejo y el Carrascal, donde ya ha terminado la cuarentena. Además, a principios de septiembre, las autoridades castellanoleonesas confinaron a los 10.000 habitantes de Íscar y Pedrajas de San Esteban, en Valladolid, ante un repunte de contagios.

Los últimos municipios aislados han sido Andorra (Teruel) y Jumilla (Murcia), que han quedado confinados y han retrocedido a Fase 2 y Fase 1, respectivamente. También esta semana se conoció el confinamiento perimetral de Alfaro (La Rioja), que volvió a un punto intermedio entre ambas fases, y del municipio zaragozano de Ejea de los Caballeros, donde ya había habido aislamientos previos . El pasado viernes Baleares anunció la misma medida en cuatro barrios de Palma: Gotleu, Can Capes, la Sloedat norte y parte del de Son Canals).