"Les juntaron las manos (..) y murieron con cuatro minutos de diferencia”. Esta es la historia de Johnny Lee Peoples, de 67 años, y su mujer, Cathy Darlene, de 65 años. Esta pareja estadounidense falleció el pasado 2 de septiembre en el centro médico de la ciudad de Charlotte, en Carolina del Norte. Ellos son otros de las muchas víctimas que el coronavirus se ha llevado a su paso por nuestro mundo y su historia es de lo más conmovedora y emotiva.

 La pareja luchaba desde principios de agosto por superar el coronavirus. Siempre muy cuidadosos con la situación del COVID-19 no lo pudieron evitar y cayeron enfermos. Después de un mes, su situación empeoró de manera considerable, teniendo que ser ingresados y viendo su situación cada vez más crítica, el personal del centro médico decidió juntarlos en una misma habitación donde el matrimonio, casados desde hace 48 años fallecieron de la mano y con cuatro minutos de diferencia.

"Nos engañaron. Las vidas de mamá y papá fueron robadas por un virus del que muchos bromean a diario o simplemente creen que es un engaño de algún tipo. Ambos se tomaron esta pandemia en serio y aun así se enfermaron y murieron”, explicó Shane Peoples en su Facebook personal esta semana, uno de os hijos de la pareja que comunicó lo difícil que fue vivir esta situación después de que sus padres estuvieran ingresados durante dos semanas en la UCI.

Es por ello que el hijo de la pareja hace un llamamiento a través de sus redes sociales para concienciar de lo peligroso que es el coronavirus. Y es que en Estados Unidos todavía son muchos los negacionistas de la COVID-19 y se saltan las muchas restricciones del país. Lo que empezó como una fiebre y la pérdida del gusto, acabó con el fallecimiento de sus padres. "Traten cada momento con ellos como si fuera el último, podría muy bien serlo. Ama y sigue amando”, comenta Shane, quien recuerda la importancia del uso de mascarillas, lavarse las manos, tener en cuenta la distancia social y, sobre todo, “ser amables unos con los otros”.