Su nombre es Francisco Manuel Delgado, tiene 45 años, es de Sevilla y es afortunado. Nunca mejor dicho, la suerte sin duda está de su lado. En el año 2011, cuando entonces tenía 36 años, este panadero se llevó en un sorteo del Euromillones 121 millones de euros. Casi nada. Y en lugar de dedicarse a vivir y disfrutar, ha decidido ponerse a invertir y se ha embolsado durante la pandemia otros 45 millones más.

Estar en el sitio adecuado y en el momento adecuado. Un tópico que en su caso se ha hecho realidad. Francisco Manuel Delgado tenía un comercio en Pilas, localidad de Sevilla, y se levantaba a las dos de la mañana durante años para hacer pan. Es decir, sabe lo que cuesta el trabajo diario y ganarse la vida. Sin embargo, de la noche a la mañana, esos 121 millones cambiaron su vida para siempre.

Su actual día a día no tiene nada que ver con su rutina de antes de ser rico. En 2011 cambió su panadería por la inversión en mercados bursátiles y ya es un experto en la materia. Bancos como el Santander en España o el JP Morgan en Estados Unidos cuentan con su inversión.

Y fruto de su nueva habilidad en el mundo bancario, según cuenta El Ideal, se ha embolsado 45 millones mediante las Sociedades de Capital Variable (Sicavs) en las que participa, que son unas sociedades destinadas a la inversión en bolsa. Cualquiera como Francisco, con mucho dinero, puede intervenir en ellas, obteniendo rendimiento económico en función de lo invertido.

Su familia ahora es partícipe de su nuevo estilo de vida

Pese a la inmensa fortuna que atesora, realmente Delgado no ha cambiado mucho. Es descrito como alguien serio, celoso de su vida privada y sin afán de notoriedad. Según fuentes de su entorno consultadas por Efe en su día, es bético hasta la médula y tiene propiedades en Miami, Madrid y Sevilla.

Además, ha metido a su familia en sus negocios, y dos de sus tres hermanas colaboran con él en productos financieros donde tiene 90 millones de euros, según datos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Tiene sus inversiones muy repartidas, no asume riesgos, ya que no necesita aumentar su patrimonio, y dedica gran parte de su tiempo a viajar, uno de sus sueños de siempre.