Alexéi Navalni, el principal opositor de Vladimir Putin, ha salido del coma inducido en la clínica berlinesa de La Charité en la que se encontraba desde el pasado 22 de agosto, tras desmayarse en un vuelo ruso y a petición de su familia, que hizo las primeras denuncias de envenenamiento.

Según el parte médico de hoy, el estado de Navalni “ha mejorado”, ya que reacciona cuando se le habla, pero no se puede descartar que sufra secuelas por el “grave envenenamiento” que ha sufrido. El 2 de septiembre, el gobierno alemán confirmaba la detección del agente nervioso Novichok en el político ruso, que había sido trasladado a Alemania dos días después del colapso.

Consecuencias del envenenamiento

La canciller alemana, Angela Merkel, calificó el acto la semana pasada como “despreciable y cobarde” y reclamó que los causantes “deben ser llevados ante la justicia”. Es la segunda vez que se produce un ataque similar, ya que en 2018 el ex espía ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia sufrieron también un ataque con Novichok en el que ambos pudieron ser salvados.

Merkel buscará ahora una respuesta conjunta de la UE y de la OTAN y no descarta ningún escenario. En los últimos días ha cobrado fuerza la posibilidad de que se paralice el proyecto del Nord Stream2, el gasoducto que debe garantizar la llegada de gas ruso a Alemania, como así ha pedido la oposición y no ha descartado el portavoz del gobierno, Steffen Seibert.

Seibert también ha alertado de que Alemania no va a esperar “meses” una respuesta rusa, pero sí ha mostrado una cierta comprensión a que todavía no se hayan dado las explicaciones requeridas.