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Alemania, en shock por el intento de asalto al Reichstag

Durante la manifestación contra las medidas sanitarias, un grupo de ultraderechistas burló el cordón policial y llegó hasta el Parlamento.

Alemania, en shock por el intento de asalto al Reichstag
CHRISTIAN MANG REUTERS

Lo que nació como una manifestación en contra de las medidas sanitarias por el coronavirus en Alemania acabó con un "ataque a la democracia" del país. Más de 30.000 personas se citaron en las calles de Berlín para protestar en una manifestación que fue disuelta por la policía al no cumplir con las medidas necesarias.

Entre los manifestantes, además de ciudadanos contrarios a estas medidas, había militantes de la derecha radical, varios de ellos con símbolos del antiguo Reich y símbolos nazis. Cerca de 200 se las ingeniaron para burlar el cordón policial y subir a las escalinatas de Reichstag, la sede del Parlamento alemán.

Un hecho que ha causado gran revuelo e indignación en el seno del país europeo. "El edificio del Reichstag es el centro simbólico de nuestra democracia, es intolerable que lo usen extremistas caóticos para sus fines", expresaba el ministro de Interior, Horst Seehofer, al diario Bild; "es una vergüenza ver banderas del Reich ante nuestro Parlamento", señalaba el ministro de Exteriores en redes sociales. Por su parte, la titular de Justicia, Christina Lambrecht, calificó de "insoportable" el hecho de ver neonazis delante del Reichstag.

Más de 300 detenidos

Días antes de la manifestación, que en un principio no había sido permitida, los radicales de ultraderecha ya habían mostrado en redes sociales su intención de tomar la sede parlamentaria de Berlín. En el momento de producirse los incidentes solo había tres agentes para intentar detener a los ultras.

Durante el día se detuvieron a más de 300 personas, en su mayoría ultraderechistas. Los incidentes más graves tuvieron lugar ante la embajada de Rusia, de un grupo que se había alejado de la manifestación. El principal grupo de los ultraderechistas estaba formado por seguidores del movimiento "identitario" de los Reichburger (Ciudadanos del Reich), que no reconocen a la República Federal de Alemania. En el desarrollo de las protestas mostraron gritos de apoyo al presidente ruso, Vladimir Putin, carteles en contra de la canciller Angela Merkel e incluso lanzamientos de botellas y demás objetos contra los antidisturbios.