El fin del Estado de Alarma y la llegada de la nueva normalidad supuso una nueva etapa en esta pandemia del coronavirus. Tras el confinamiento, las circunstancias obligaban a instaurar una serie de medidas sanitarias de cumplimiento obligatorio con el fin de no expandir el virus.

Pese a que la mayoría de la población cumple con estas medidas, siempre hay quien opta por lo contrario, poniendo en riesgo a los que le rodean. Especialmente, cuando uno se encuentra de vacaciones para desconectar de un año complicado. "Me siento como un policía, aquí la gente no hace ni caso", señala un trabajador en la isla de Lanzarote a Cadena SER.

Irresponsabilidad en playas y piscinas

Sin embargo, no es el único caso en la isla, que durante estas semanas está viendo cómo se incrementa el número de casos. "Aquí la gente hace lo que quiere, están de vacaciones y no quieren que les molestes", afirma un socorrista. Desde hace unas semanas, el uso de la mascarilla es obligatorio en espacios tanto abiertos como cerrados, con independencia de que se pueda guardar la distancia de seguridad.

Uno de los lugares donde menos se respeta el uso de la mascarilla es en playas y piscinas. "En la hamaca se quitan la mascarilla y luego se mueven por la piscina sin ella. Lógicamente, en la piscina no tienen que llevarla, les recordamos que se la pongan cuando van al bar o al baño, pero muchos no hacen ni caso", responde otro empleado.

Contagios en Lanzarote

La isla registró el pasado viernes 35 nuevos contagios, lo que supone un récord desde que comenzó la pandemia. El domingo se sumaron otros 32 casos nuevos, por lo que la cifra de activos asciende a 206, también la más alta en toda la pandemia. Hay siete ingresados en el Hospital Doctor José Molina Ososa de Lanzarote y una persona en UCI.

Mapa de contagios en las Islas Canarias