CORONAVIRUS

Tres vacunas contra la COVID-19 entran en la fase final de los ensayos clínicos

Ante el progreso de estas tres candidatas, la OMS aconseja a los gobiernos que tengan listos sus planes de inmunización para suministrar la vacuna.

Tres vacunas contra la COVID-19 entran en la fase final de los ensayos clínicos
Christoph Schmidt/dpa EUROPA PRESS

Miles de científicos en todo el mundo están tratando de encontrar la manera de frenar a la COVID-19. Actualmente, hay unas 24 vacunas candidatas en fase de ensayo y otras 150 en fase de desarrollo preclínico. Un hecho que la Organización Mundial de la Salud (OMS) valora como positivo, pues el éxito de una vacuna es del 10%. "Cuantas más candidatas haya, más oportunidades de éxito tendremos", declaró Soumya Swaminathan, jefa del área científica de la OMS, en una conferencia virtual abierta al público por las redes sociales.

También recomendó a los gobiernos que tengan listos sus planes de inmunización relacionados con la pandemia y que prevean la logística necesaria, desde la cadena de frío hasta suministros como jeringas, agujas y refrigeradores. No obstante, la OMS estima que la gente no será vacunada antes de la primera mitad de 2021.

Cuatro candidatas muy avanzadas

Según la OMS, de las casi 200 candidatas, hay cuatro que están muy cerca de entrar en la tercera fase de los ensayos y convertirse en la tan esperada vacuna contra la COVID-19: una en China, otra en Estados Unidos y otra en Reino Unido.

Se trata de la vacuna ChAdOx1 nCoV-19, investigada por la farmacéutica AstraZeneca, que colabora con la Universidad de Oxford, la ARNm-1273 desarrollada por la compañía estadounidense Moderna y el Centro de Investigación de Vacunas de Estados Unidos, y otra que pertenece a una institución médica de China.

Swaminathan explicó que la OMS trabaja con sus países miembros para preparar los protocolos mediante los que va a compartir la vacuna cuando el suministro sea limitado. "Nosotros proponemos dar prioridad a trabajadores en primera línea, como médicos o enfermeras, pero también conductores de ambulancias, policías, tenderos, limpiadores, personas más expuestas...", subrayó. Otros grupos prioritarios podrían ser las personas mayores o con patologías que puedan agravar el contagio.

Procedimiento para crear una vacuna

La investigación y desarrollo de una vacuna es un proceso largo que, por lo general, dura años. Aunque los científicos apuran para conseguir en tiempo récord una que acabe con la COVID-19. Normalmente, su producción se divide en ensayos preclínicos, utilizando animales, y tres fases de ensayos clínicos.

En la fase 1 participan de 30 a 50 personas y la atención se pone sobre la seguridad de la vacuna para el voluntario que la recibe. Para la fase 2 el estudio suele ampliarse a 700 o 1.000 participantes, con quienes se pretende validar los resultados previos en seguridad y comenzar a probar la eficacia de la vacuna. Cuando se supera esta fase, se entra en la decisiva tercera fase. "Es la más importante porque es la que da la respuesta acerca de si la vacuna protege o no de la enfermedad", explicó Swaminathan. En esta última etapa se cuenta con decenas de miles de participantes.

Los voluntarios que participan en esta fase 3 suelen ser adultos sanos, pero con riesgo de contraer el virus. A la mitad de ellos se les administra la vacuna experimental y a la otra mitad una inyección de placebo u otra vacuna inofensiva. "Estas personas deben ser seguidas durante algunos meses para ver cuántos contraen la COVID-19 y luego se comparan los resultados entre los dos grupos. Por supuesto, se espera que en el grupo que recibió la vacuna haya muchas menos infecciones y es así como se determina la eficacia y se ve si la protección es del 70%, 80% o 90%", detalló Swaminathan.

Una vez comprobada la eficacia de la vacuna “se hace un seguimiento de las personas durante unos dos años para saber por cuánto tiempo están protegidas", agregó la experta. Esto es lo que algunos llaman "fase 4" y es posterior a la aprobación oficial de la vacuna. Solo a partir de este momento los laboratorios pueden empezar a producir la vacuna a gran escala.