En qué casos el trabajador puede rechazar reincorporarse tras un ERTE
No hay muchos supuestos en los que la persona pueda negarse a trabajar, pero el principal es tener que cuidar a algún menor o familiar a cargo.
Los ERTE por fuerza mayor vencen el próximo 30 de septiembre, y a partir de entonces, los trabajadores irán reincorporándose progresivamente al empleo presencial una vez sus empresas lo decidan así. Sin embargo, si una persona se niega a cumplir esa orden sin una causa justificada, podría ser despedida. Los expertos coinciden en que no hay apenas supuestos claros para que ese rechazo no implique la pérdida del empleo, aunque señalan que el cuidado de un menor o familiar a cargo puede ser uno de ellos.
En esos casos, se podrá pedir una adaptación o reducción de la jornada que podría llegar al 100% de las horas semanales. Existen casos particulares que deben valorarse de manera individual, pero, como regla general, los empleados deben acudir a su puesto de trabajo en cuanto lo solicite la empresa, porque si no, pueden ser sancionados o incluso despedidos. Una vez se comunique la decisión, se reanudan además las mismas condiciones y horarios que se estaban desempeñando antes de la pandemia.
Una sentencia del TSJM resuelve el debate
Las dudas a este respecto fueron resueltas en mayo de 2019 por una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), que juzgó el caso de un empleado que rechazó volver al trabajo cuando su empresa le había notificado que quería reincorporarle antes de lo previsto. Para el tribunal, este comportamiento es constitutivo de falta grave y, por tanto, merecedor de despido disciplinario.
Además, en el caso de los ERTE, que obligan a la empresa a mantener el empleo del trabajador durante seis meses como mínimo, el rechazo a reincorporarse sin causa justificada no obliga al empleador a cumplir con este compromiso.