Una de las imágenes más repetidas en las calles españolas es ver mascarillas o guantes tirados en el suelo. Por ello, Sanidad ha alertado del peligro que esta acción conlleva, puesto que puede provocar contagios en caso de no depositarlo en el contenedor correcto para su destrucción.

Una vez utilizados estos elementos de protección, deben tirarse al cubo de restos, es decir, el de color naranja. Nunca deben arrojarse al suelo o al contenedor orgánico. Además, si en una familia hay un caso positivo, todos los residuos de la persona enferma deben introducirse en una bolsa de plástico. Una vez llena, se deberá depositar con el resto de residuos.

El caso de la Costa Azul

En Francia, varios buzos de la ONG Opération Mer Propre encontraron todo tipo de restos de material en la Costa Azul, cerca de la localidad de Antibes. Se sacaron mascarillas quirúrgicas empapadas y cubiertas de algas, guantes de plástico o botes de gel hidroalcohólico.

"Estas mascarillas no las hemos tenido mucho tiempo y vamos a tener miles de millones, así que cuidado, es el comienzo de un nuevo tipo de contaminación", denunció en un vídeo Laurent Lombard, fundador del grupo ecologista.

Como con los colchones

Junto a las mascarillas y los guantes, las calles españolas también han registrado un aumento notable de colchones tirados. Pese a que no se sabía con exactitud de dónde procedían, una de las teorías barajadas es que podrían pertenecer a pacientes que habían estado contagiados o que perdieron la vida a causa del coronavirus.

Por ello, desde los Ayuntamientos se advirtió de que este tipo de prácticas estaban prohibidas y que podría suponer una multa de hasta 1.500 euros para el infractor. En Madrid, por ejemplo, el Consistorio ha recogido más de 17.000 colchones desde que comenzó la pandemia.