"Con las competencias en salud pública de las comunidades autónomas, es decir, legislación ordinaria, se puede hacer, pero tienen que ser confinamientos muy quirúrgicos", insiste Illa, que pone como ejemplos los municipios de Totana, en Murcia, o Adeje, en Tenerife. El primero tuvo que volver a una fase anterior por un rebrote y en el segundo se confinaron a unos 800 extranjeros.
En otro orden de cosas, Illa se sincera sobre cómo ha llevado la gestión de la epidemia. Asegura que ha llegado a sentir "frustración". "Cuando había que traer con urgencia equipos de ventilación mecánica invasiva, cuando había que comprar, reforzando la actividad de las comunidades, equipos de protección individual".
Sobre los repetidos cambios de criterio en el uso de mascarillas, cree que una de las lecciones que deja el virus es la "humildad" para reconocer errores y subsanarlos: "No sabíamos muchas cosas de este virus y hemos ido aprendiendo. Al principio las recomendaciones respecto a las mascarillas eran las que eran: un uso recomendable, incluso ni tan siquiera eso. Luego se fue recomendando y, al final, vimos que era un elemento que merecía la pena hacer obligatorio, también cuando ha habido estudios más contundentes". En no recomendarlas desde un principio reconoce que influyó la saturación de un mercado que "enloqueció completamente".
Una reserva estratégica de material coge forma
En ese sentido, asegura que tanto el ejecutivo central como los regionales ya están haciendo acopio de material sanitario "para una eventual segunda oleada". Un tema espinoso de la crisis ha sido la ausencia de cifras concretas de fallecidos en las residencias de ancianos. Illa asegura que están incorporados a la estadística oficial todos los que han dado positivo en un test PCR y que están recabando datos de las comunidades para tener un número real. " Cuando tengamos todo esto bien analizado, lo daremos a conocer".
El catalán pide "inversión" para un sistema sanitario que ha estado al borde del colapso en los últimos meses, tras "unos años de crisis en que ha habido recortes". "Hay que reforzarlo, potenciarlo, dedicarle más recursos, cuidar a los que nos cuidan cuando estamos enfermos, dándoles los medios que necesitan.
"Todos llegamos tarde a esto"
Respecto a la vuelta a las clases, asegura que "son las comunidades autónomas las que tienen que ir tomando sus decisiones al respecto". Y ante la pregunta de por qué España ha sido uno de los países más afectados cita "el tráfico de personas", con "83 millones de visitantes al año". En ese sentido, cree que el Gobierno actuó con rapidez y contundencia en los albores de la pandemia: "La OMS declara la pandemia el 11 y el día 12 el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) decreta que en Europa hay transmisión comunitaria que pone en riesgo los sistemas de salud. Nosotros ese día ya cumplimos todas las recomendaciones internacionales y, además, las aumentamos con el decreto del estado de alarma. Ha sido uno de los confinamientos más estrictos de Europa y ha permitido doblegar de forma rápida la curva".
¿Se podría haber actuado antes? "Visto lo visto, todos llegamos tarde a esto. Todo Occidente. Esto es una obviedad. Pero España, Italia, Francia, Alemania, todos los países, EE UU, Brasil, todo el mundo ha llegado tarde". Es una cura de humildad para todos. ¿Y se deberían haber evitado aglomeraciones como la del 8-M? "Acertar la quiniela del domingo el lunes no me interesa mucho. No voy a entrar en ese tipo de disquisiciones, no voy a perder un minuto. Se actuó como se tenía que actuar conforme a la información de la que se disponía en aquel momento, pero no voy a jugar a predecir el pasado; es demasiado sencillo". "Me sorprende que, cuando las cosas empiezan a ir desde el punto epidemiológico bien, algunos se dediquen a hacer ruido", sentencia el ministro.