CORONAVIRUS

Ensayos a gran escala de la vacuna de Oxford en Reino Unido y Brasil

La vacuna, una de las más desarrolladas, se está probando ya con 10.000 personas en Reino Unido y este mes empezará a testarse en Brasil.

Coronavirus 2020
Anton Vaganov REUTERS

El gobierno brasileño ha dado luz verde a que su país se convierte en campo de pruebas de una de las vacunas contra el coronavirus que ya se encuentran en una fase de desarrollo relativamente avanzada.

Esta es obra de la Universidad de Oxford, que ya la está testando con 10.000 personas en Reino Unido. Utiliza una tecnología diferente de las que están investigándose en Estados Unidos, similar a la que se empleó para las del MERS, la tuberculosis o la gripe.

Brasil es el primer país fuera de las Islas Británicas que se ofrece para testar la eficacia de la vacuna. Las pruebas las realizará La Universidad Federal y los voluntarios que se sometan a ellas procederán de la primera línea de combate contra el virus. Es decir, sanitarios, ya que estos constituyen el colectivo más expuesto al patógeno. Ninguno podrá haberse infectado previamente.

¿Por qué Brasil? El país sudamericano es idóneo porque está atravesando el peor momento de la epidemia y la circulación del virus allí es alta, mientras que Reino Unido y otros países europeos las cadenas de contagio ya se han frenado mucho y la curva se está aplanando.

Hasta ahora la vacuna se ha demostrado eficaz combatiendo la COVID-19 en monos. Muchos científicos consideran que es la que tiene más posibilidades de éxito y podría estar lista este mismo año. Entonces habría que empezar a producirla y distribuirla a gran escala.

Producción y distribución

Ahí es donde entra en juego un acuerdo suscrito recientemente entre la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI) y la Alianza para la Vacunación Gavi, que ha involucrado también al multimillonario Bill Gates y a la Organización Mundial de la Salud (OMS). El pacto aseguraría que no sólo se tengan en cuenta las necesidades de vacunación de los países más desarrollados, sino también las de los más pobres.

La farmaceútica británica AstraZeneca, asociada con la Universidad de Oxford en su proyecto, ha duplicado su capacidad de producción y podría confeccionar 2.000 millones de dósis de la vacuna. 300 de ellos los ha reservado Estados Unidos, que como contrapartida ha destinado más de 1.000 millones de dólares para el desarrollo de pruebas y el proceso de fabricación. Otros 100 millones irían para el Reino Unido y 300 serían para la alianza mencionada entre CEPI y GAVI, que se encargaría de distribuirla equitativamente entre otros países.

Pascal Soriot, dirigente de AstraZeneca, reveló recientemente que también tienen un acuerdo con el Serum Institute de India para suministrar a través de él 1.000 millones de dósis a países subdesarrollados. AZD1222 es el nombre que ha recibido esta inyección que podría inmunizar al mundo contra el coronavirus.