El turismo será con seguridad uno de los sectores más afectados por las consecuencias de la pandemia de coronavirus. Sin embargo, se está imponiendo una excepción, la de los alojamientos rurales, que están registrando un elevado número de reservas, y que aspiran a que el verano de 2020 no esté completamente perdido. Frente a la masificación de las zonas de playa, el turismo rural ofrece un panorama tranquilo y natural en el que el riesgo de contagio es muy reducido. “El turismo rural ha tomado la delantera y ya muestra un nivel de reservas que invita al optimismo”, afirma Miryam Tejada, del departamento de comunicación de Escapadarural.com, en declaraciones a este periódico.

Las cifras muestran que las reservas han subido un 25% en mayo respecto al mismo mes del año pasado, y entre el 15 y el 19 de mayo este crecimiento ha llegado al 76%. La razón de este aumento es que la gente quiere disfrutar del aire libre, huir del bullicio y encontrarse dentro de paisajes naturales seguros. El hecho de que muchos de estos alojamientos se encuentren en lugares alejados, poco frecuentados y nada masificados convierten al turismo rural en el escenario idóneo para la nueva normalidad. Asimismo, el perfil de los clientes es muy diferente, sobre todo de origen nacional, lo que reduciría la pérdida de turistas internacionales.

Para este verano, las viviendas rurales tendrán que tomar una serie de medidas de seguridad. A principios de mes, el Instituto para la Calidad Turística Española presentó un borrador de medidas higiénico-sanitarias para los alojamientos rurales. Entre estas se encuentra el refuerzo de la limpieza, sobre todo en zonas que se tocan mucho, como los picaportes de las puertas, la retirada de objetos decorativos como mantas y alfombras y la separación mínima entre grupos de 24 horas, por lo que se pide a la gente que respete al máximo los horarios de entrada y salida.

Según datos facilitados por Escapadarural.com a AS, las comunidades que más se pueden beneficiar del turismo rural este verano son Andalucía, Murcia, Cataluña y Navarra, que están a la cabeza de las reservas en agosto, y la Comunidad de Madrid, que ha multiplicado por cuatro las prerreservas. Por el contrario, zonas de playa como Baleares y Canarias, que dependen mucho del turismo internacional, sufrirán más el impacto del frenazo de la demanda extranjera. Los destinos de interior representan solamente el 30% del total del turismo español, pero en este caso pueden ser fundamentales para que el sector no se quede a cero este verano