La reapertura de las terrazas de bares y restaurantes ha reactivado el negocio de los hosteleros, que han visto en la última semana cómo sus mesas se volvían a llenar de clientes. Tanto los propietarios de estos establecimientos como los clientes tienen que respetar las condiciones impuestas por Sanidad. Se ha limitado al cincuenta por ciento las mesas permitidas, se debe guardar una distancia física de dos metros entre mesa y mesa y la ocupación de cada una de ellas no puede ser de más de diez personas, que deben guardar entre sí la distancia interpersonal. Asimismo, se debe limpiar y desinfectar las mesas y sillas entre cliente y cliente, que no podrán consumir de pie en la terraza. Por último, los hosteleros deben evitar el uso de elementos de uso común como la carta del restaurante o palilleros.

Todas estas normas deben ser respetadas tanto por los hosteleros como por los clientes, que se exponen a multas si no lo hacen. La orden que regula la reapertura de las terrazas no especifica la tipología y cuantía de las sanciones en este caso, por lo que habría que remitirse al primer decreto del estado de alarma, donde se establece que “el incumplimiento o la resistencia a las órdenes de las autoridades competentes en el estado de alarma será sancionado con arreglo a las leyes, en los términos establecidos en el artículo diez de la Ley Orgánica 4/1981, de 1 de junio”.

Entre 100 y 600.000 euros

Así, los agentes se han apoyado desde el comienzo del estado de alarma en cuatro leyes: la ley de seguridad ciudadana, la ley general de salud pública, ley del sistema nacional de protección civil o el código penal. Con la ley de seguridad ciudadana, o coloquialmente ley mordaza, los ciudadanos se exponen a multas de entre 100 y 30.000 euros dependiendo de si la infracción es leve o muy grave. Si se atiende la ley de salud pública, las multas oscilan entre los 3.001 euros y los 600.000 euros, también dependiendo de la gravedad del incumplimiento. Por su parte, la cuantía de las multas contempladas en la ley de protección civil es de entre 1.501 y 600.000 euros, mientras que el código penal contempla penas de prisión.

Las cuantías de las primeras multas no han trascendido, aunque las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado han pedido en todo momento responsabilidad tanto a hosteleros como a clientes, después de ver situaciones como la acontecida en un bar de Sevilla. La mejor forma para evitar las multas es cumplir en todo momento las normas impuestas por Sanidad.