El coronavirus será el gran protagonista de 2020. El virus, que tuvo su primer caso en China en noviembre, se ha expandido por todo el mundo y, actualmente, hay más de 2 millones de casos confirmados con 128.000 muertes. Durante las últimas semanas se ha criticado desde varios sectores la actuación de la OMS y su estrecha relación con el gigante asiático.

La COVID-19, cuyo virus en el SARS-CoV-2, se convirtió en pandemia después de los grandes efectos que se produjeron en su expansión. Una expansión que comenzó en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei. En los últimos días son varios los agentes que han apuntado a la estrecha relación y la actuación defensiva de la Organización Mundial de la Salud (OMS) con China durante, precisamente, esa fase de expansión de la enfermedad.

Los dos principales protagonistas de estas críticas han sido Donald Trump, en condición de presidente de Estados Unidos, y Taiwán, país con el que China mantiene una conflicto. El máximo mandatario del país americano, en una especie de guerra fría, lleva varias semanas señalando a la OMS como principal responsable de la expansión del coronavirus desde China, país en el que se localizó el primer gran brote y el paciente cero.

El aviso sin respuesta de Taiwán

La Organización Mundial de la Salud ha sido siempre muy escéptica a la hora de tratar el desarrollo de la COVID-19 en Taiwán. Precisamente, el gobierno del país asiático realizó hace unos días una fuerte acusación contra el organismo, apoyándose en un correo mandado el pasado mes de diciembre de 2019 en el que alertaban de la probable propagación de un virus peligroso a través de varios correos.

La OMS ha rechazado estas acusaciones y el director del organismo, Tedros Adhanom, ha denunciado haber recibido amenazas de muerte y mensajes racistas procedentes de Taiwán. No obstante, Taiwán no forma parte de la OMS por presiones de China, que no reconoce su soberanía y ha solicitado en varias ocasiones el aislamiento internacional de la isla.

Las tensiones con Estados Unidos y las críticas de Trump

El presidente de Estados Unidos anunció el 14 de abril que había ordenado congelar los fondos que Estados Unidos aporta a la OMS y acusó al organismo internacional de “encubrir” la expansión del coronavirus por el virus. Sin embargo, esas críticas no son nuevas. Donald Trump lleva varias semanas señalando a la OMS como el principal culpable del coronavirus, al que el llama "virus chino".

El principal reproche es a Tedros Adhanom, director general de la OMS, que aseguró el 28 de enero, en una reunión con Xi Jinping, que China había fijado "un ejemplo" a la hora de controlar la expansión de enfermedades contagiosas. Estados Unidos, junto a Australia y Singapur entre otros países, decidió imponer duras restricciones el 3 de febrero al tráfico procedente de China. Ese día, el país asiático contaba con 19.000 contagiados. El responsable de la OMS aseguró que no era "una decisión basada en evidencias" y que no había "necesidad de interferir en el comercio y los viajes internacionales".

Además de todo ello, Donald Trump ya empezó a dar pistas sobre su plante a la OMS hace una semana, cuando aseguró que "por alguna razón, aunque está financiada en gran manera por Estados Unidos, la OMS está demasiado centrada en China". Tedros Adhanom le pidió que no "politizara" la crisis del coronavirus. Siguiendo con su discurso, Trump afirmó que el cierre de fronteras a viajeros procedentes de China debía haberse aplicado con mayor anterioridad: "Se hubiesen salvado muchas más vidas. La correción política ha primado sobre la salvación de vidas".

Estados Unidos es el país que más dinero entrega a la Organización Mundial de la Salud (400 millones de dólares el pasado año), un 15% del presupuesto total. Tedros Andhanom ha lamentado la retirada del apoyo estadounidense, pero ha afirmado que "la OMS no solo combate la COVID-19, sino que también lucha contra enfermedades como la polio o el sarampión".