Italia sigue sufriendo los efectos del coronavirus. El país transalpino ha registrado 566 nuevos fallecidos en las últimas 24 horas y la cifra de víctimas mortales se sitúa en 20.465, tal y como informó el jefe de Protezione Civile, Angelo Borrelli. La cifra de decesos supone un repunte respecto a la ofrecida el día anterior, cuando se reportaron 431.

La buena noticia está relacIonada con los contagios. Este lunes se han contabilizado 3.153, que son 939 menos que el domingo, y la cifra total roza los 160.000. También mejoran los datos de las hospitalizaciones en las unidades de cuidados intensivos: Hay 83 pacientes menos y el dato total alcanza los 3.260.

Respecto a las personas que han logrado superar la enfermedad, otras 1.224 han recibido el alta, y la cifra se sitúa en 35.425. Italia está situada actualmente en el segundo puesto de los países con más muertes por la COVID-19, situada por detrás de Estados Unidos.

Apertura progresiva

Debido a que la curva parece que comienza a estabilizarse, a partir de mañana el país comienza a reabrirse paulatinamente. Reanudan su actividad los almacenes de las industrias, abriéndose además el circuito de transporte, ingreso, salida y distribución de los productos.

Pese a ello, Giuseppe Conte, primer ministro de la nación, amplió el confinamiento de la población hasta el 3 de mayo. El Ejecutivo italiano piensa en la salida, pero con mucha prudencia. El siguiente escenario, la llamada 'Fase 2', está previsto que dé sus primeros pasos a partir del 4 de mayo.

Francia, hasta el 11 de mayo

Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha anunciado el confinamiento seguirá hasta el 11 de mayo, mínimo, y que en unos 15 días presentará “el plan de después". Ha avidado de que los bares, restaurantes, hoteles y festivales seguirán cerrados y no se podrán abrir o celebrar antes de “mediados de julio”. También las fronteras permanecerán cerradas hasta nueva orden.

En su discurso, Macron también ha reclamado más solidaridad europea y, también, más allá de sus fronteras, con la vista puesta en medidas drásticas como la anulación de la deuda de los países pobres. “Estamos en un momento de verdad que reclama más solidaridad, es un momento de refundación. Debemos también saber ayudar a nuestros vecinos de África anulando masivamente sus deudas, porque no ganaremos jamás solos”.